Material de apoyo a las
Clases de Educación Sexual

Adulterio

Este es un asunto muy espinoso, y su inclusión en la educación sexual lo es más aún. Así que agárrese.

El adulterio es la relación extramatrimonial ejercida por cualquiera de los dos cónyugues. La infidelidad. Es un bajón sin lugar a dudas para el cónyugue engañado. Sin embargo la historia nos muestra una asimetría muy grande en cuanto a la reprobación y penalización que la sociedad impuso sobre el adulterio. Siempre fue mucho más severa sobre el adulterio femenino que sobre el masculino. De a poco las legislaciones de los países del mundo van equilibrando la balanza, pero aún no se alcanza.

Una de las aristas más complicadas del asunto es el adulterio procreativo, o sea, la infidelidad de la que deviene en un hijo. Cuando la ciencia tuvo la oportunidad de reconocer los casos de hijos de padres que en realidad no lo eran y no lo sabían encontró (algunas veces sin buscarlo) que entre un 10 y un 20% de las personas no eran hijos del padre que creía serlo, dependiendo de cada sociedad.

Se ha reportado que en algunos establecimientos educativos en los que se enseñaban técnicas filiatorias con caracteres humanos (una simple clase de leyes de la herencia, Mendel) debieron suspenderlas porque ni los docentes ni las autoridades sabían cómo manejar los conflictos humanos que se suscitaban cuando los estuadiantes empezaban a sospechar o descubrían que no eran hijos del padre que suponían. Menos aún cuando se involucraba a la familia.

Está claro que la institución escolar puede asumir dos actitudes diferentes: esconder la cabeza bajo la tierra reinstalando un tabú, o abordar el conocimiento con honestidad.

Si somos honestos, que es nuestro mandato como educadores, el tema de la infidelidad no debe estar fuera de la educación sexual. Eso nos permitirá entender por qué los hombres son infieles y las mujeres también, y por qué reaccionan distinto (siempre estadísticamente) frente a la infidelidad. Por qué la intensidad y calidad de los celos en la pareja son diferentes. Por qué es mucho más probable que la infidelidad genere reacción violenta en el hombre y no en la mujer.

Existe una lamentable discusión sobre el femicidio y el crimen pasional. No se puede negar ni abolir la pasión. Lo que hay que lograr es que la pasión deje de ser una patente de corso para cometer crímenes.

¿Cuándo podemos ser víctimas de una pasión incontrolable? ¿Cómo hacer para cuidarnos, para eludir esas situaciones o prepararnos si nos toca? ¿Qué opciones nos propone el ser civilizados? Si estas cuestiones no se abordan en la educación sexual... ¿entonces dónde?

 

Algunos derechos reservados. Se permite su reproducción citando la fuente. Última actualización mar-16. Buenos Aires, Argentina.