Material de apoyo a las
Clases de Educación Sexual

Infidelidad femenina

El adulterio femenino fue un rompecabezas -y lo sigue siendo- para biólogos y psicólogos. Sin embargo ya existen algunos conceptos bien claros. La infidelidad femenina está presente en nuestra especie desde sus albores. La misma anatomía femenina revela que su estrategia de reproducción se basaba en la multiplicidad de compañeros sexuales, o al menos contaba con ello como un elemento importante.

El tracto vaginal, el cuello del útero y el resto de los componentes del sistema reproductorio femenino se hallan finamente diseñados (por la evolución) para que en su seno se produzca la batalla de la competencia espermática. Su anatomía, dinámica y bioquímica poseen características especiales que no se pueden explicar de otra manera que para arbitrar la competencia.

¿Pero por qué la féminas necesitan de varios hombres y no se conforman con uno solo? Varios son los motivos posibles y todos son verosímiles a la luz de la evolución. Aunque la mujer elija un proveedor cariñoso para ella y su cría, no necesariamente este hombre puede es portador de los genes que ella elegiría para su hijo, lo más probable es que no lo sea. Por eso, el mejor negocio procreativo de la mujer será elegir al menos dos hombres: uno para hacer de padre y otro para ser el padre.

Otro motivo igualmente plausible y no contradictorio con el anterior es que como los hombres nunca pueden estar seguros de su paternidad, la mujer puede explotar esa duda. Con múltiples hombres se asegura cuidados y protecciones de varios individuos para su cría a la vez que evita posibles agresiones. Este motivo puede haber sido más relevante en la etapa primigenia de la promiscuidad, mientras que el anterior motivo más importante en la etapa del contrato sexual.

Existen varios frenos naturales para el adulterio femenino: las venéreas, el temor a ser descubierta, preceptos sociales, el amor al compañero, etcétera. Y si bien es cierto que la sociedad influye grandemente entre nosotros impulsando sentimientos y resquemores, hay que aceptar que no sólo el varón se siente impulsado naturalmente a la infidelidad, la mujer que quiere ser fiel también tendrá que luchar contra sus propios instintos que le solicitan su cañita al aire.

Los educadores no debemos dejar de preconizar que la mejor manera de vivir la sexualidad plenamente es acompañarla de amor, honestidad, y respeto por el otro... hombre o mujer.

 

Algunos derechos reservados. Se permite su reproducción citando la fuente. Última actualización mar-16. Buenos Aires, Argentina.