En el año 2011, bajo la presidencia de la doctora Cristina Fernández de Kirchner se elaboró y publicó el PROTOCOLO PARA LA ATENCIÓN INTEGRAL DE PERSONAS VÍCTIMAS DE VIOLACIONES SEXUALES, y es pertinente que los docentes que se ocupan de la educación sexual tengan acceso a este documento.
 

Material de apoyo a las
Clases de Educación Sexual

Revictimización de las víctimas

Este es uno de los aspectos en los que el machismo de la sociedad se hace más cruel e inhumano. Cuando una mujer es víctima de una agresión sexual en lugar de protegerla, cuidarla y respetarla, se la revictimiza cuestionándole las actitudes que pudieron llevarla a la situación de víctima: cómo iba vestida, dónde se mostraba, qué hacía, etcétera.

Lamentablemente no somos la única especie que incurre en esa actitud -para nosotros- deplorable: se ha reportado que las hembras de algunas especies animales son descartadas o incluso agredidas por su macho después de haber sido abusadas por otros machos. Las mujeres saben que su valor de emparejamiento se ve seriamente dañado después de una violación (lamentablemente ese es uno de los elementos que perjudican la persecución de este delito). Pero los humanos somos seres racionales y morales, no podemos permitirnos incurrir es este trato injusto y brutal.

Es cierto que la información acerca de las circunstancias en las que se produjo un abuso son relevantes a los fines de los recaudos que deben tomar otras mujeres (y deben -en todo caso- averiguarse con el máximo sigilo, diplomacia, delicadeza para que la víctima no se sienta cuestionada, enjuiciada, revictimizada), pero bajo ningún concepto deben enrostrarse a la víctima y culpabilizarla.

Pongamos un ejemplo: no se le puede preguntar a una víctima de violación o ataque sexual cómo iba vestida. Del mismo modo que tampoco se puede dar indicaciones sobre vestimentas a las mujeres. La escuela daría un bochornoso ejemplo si indicara (u obligara) a sus alumnas vestirse de tal o cual manera. Hay que respetar a rajatabla en modo de vestirse de cada persona que surge de su propio deseo mientras no sea obsceno (para que quede claro: un escote pronunciado o una minifalda no son obscenos). Como mucho la escuela puede sugerir o pedir. Pero si una estudiante se viste provocativamente es su decisión y debe respetarse. Lo dicho no obsta que en el marco de la educación sexual los docentes hablen de los riesgos y discutan con los estudiantes los modos de cuidarse. Es su deber. Pero bajo ningún concepto puede decírsele a una víctima de abuso "yo te lo dije".

Eso es de bestias machistas.

 

Algunos derechos reservados. Se permite su reproducción citando la fuente. Última actualización mar-16. Buenos Aires, Argentina.