Notas relacionadas:

El compromiso social por encima del interés individual. Luchar por una universidad científica implica un alto grado de altruismo.

Estabilidad laboral. La carrera docente, la estabilidad laboral y los concursos cerrados son contrarios al modelo de universidad científica.

Partición racional de la UBA. Todos los actores universitarios y la sociedad se beneficiarían al particionar la UBA en cuatro universidades más pequeñas.

 
UNA DEFINICIÓN DE UNIVERSIDAD CIENTÍFICA
La Universidad tiene por fin crear y propagar los conocimientos. Sus funciones esenciales son: la investigación, la enseñanza y el papel social. Universitario es el que estudia una ciencia o grupo de ciencias con afán de aprender lo conocido e investigar lo desconocido, teniendo el afán de mejorar material y moralmente a la humanidad y a sí mismo. La investigación es la función primera cronológicamente y por jerarquía; sin investigación no hay Universidad.
Bernardo Houssay
 
 
 
 
ACLARACIÓN
No se critica la existencia de universidades profesionalistas. Florecieron en la Argentina por una necesidad social en un determinado momento. Cumplieron el objetivo encomendado y lo hicieron bien. Se plantea una crítica a la ausencia de universidades científicas, que el país también necesita, y de modo urgente.
 
 
 
 
“La universidad profesionalista puede generar expertos, o a lo sumo eruditos, pero sólo de una universidad científica salen los sabios.  
Marcelino Cereijido
 
 
 
Científica, no cientificista.
Oscar Varsavsky acuñó el término cientificista en los años 70 para criticar la actitud de diversos científicos que, según él, le daban la espalda a los problemas del país. Fue un error. Se puede ser tan autista haciendo ciencia de primera calidad como haciendo una ciencia pretendidamente aplicada o pretendidamente al servicio de la sociedad. Sus argumentos fueron bastardeados y utilizados en defensa de la mediocridad.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Error de concepto
Es un error ingenuo pensar que la universidad científica es la que forma científicos como físicos, químicos, etc., y que la universidad profesionalista es la que forma profesionales como médicos, ingenieros, abogados... La diferencia no pasa por qué forma sino por cómo forma, y qué hace además de enseñar. Las universidades científicas son naturalmente formadoras de profesionales, y de muy buena calidad.
Chiste (sólo para físicos)
TERMODINÁMICA DE LOS MODELOS UNIVERSITARIOS.

TEOREMA

El objetivo último -entendiendo como último al de mayor relevancia- de la universidad profesionalista es la EFICIENCIA. Debemos recordar que en una transformación termodinámica, como lo es la actividad universitaria, la eficiencia es máxima cuando la variación de entropía del universo (la universidad más la sociedad) es nula. Ahora, si la variación de entropía es nula, la transformación que produce la universidad se vuelve reversible. Desaparece la flecha del tiempo. COROLARIO: Con una universidad profesionalista NO HAY FUTURO.

El objetivo último de la universidad científica es la EXCELENCIA. El principio de correspondencia nos garantiza que la excelencia tiene un equivalente inmediato en energía. Basta dividir miembro a miembro por el intervalo de tiempo que dura la transformación que produce la universidad y obtenemos la igualdad buscada. COROLARIO: Con una universidad científica, ARGENTINA POTENCIA.
 

LA UNIVERSIDAD que no tenemos (1)
(Guía práctica para saber qué universidad nos ha tocado)

Modelos
Existen dos modelos diferentes de universidad (en muchos aspectos, antagónicos) que responden a distintos intereses y objetivos. Ellos son:

El modelo científico, también llamado humboldtiano, en honor a Wilhelm von Humboldt (1767-1835), fundador de la Universidad de Berlín (en la actualidad Universidad Humboldt), y

el modelo profesionalista, también llamado napoleónico, ya que alcanza su apogeo durante el gobierno de Napoleón Bonaparte.

Orígenes
El modelo profesionalista surge de la necesidad de las sociedades burguesas de contar con un número apropiado de profesionales, fundamentalmente de las profesiones llamadas liberales: médico, odontólogo, ingeniero, arquitecto, abogado, contador, etcétera, que una sociedad que se precie de tal necesita para funcionar y crecer y, por lo tanto, necesita de un sistema de educación formal que le provea de esos profesionales en la medida de su requerimiento. Por diferentes motivos, este modelo se hace muy frecuente en América Latina y en general en los países del Tercer Mundo.

El modelo científico, en cambio, se remonta a los orígenes mismos de la universidad, ya que era el lugar natural, espontáneo, que las sociedades se habían brindado a sí mismas para reflexionar sobre el mundo, básicamente, como el lugar que la cultura designó para la reflexión sobre la realidad y la creación del conocimiento. El modo en que se fue dando a lo largo de los siglos desde la Antigua Grecia -la academia de Platón y el liceo de Aristóteles- y también antes, presentó siempre varias características. Una de ellas es la reunión en torno a una estructura maestro-discípulo. Otra es la de la investigación y la invención. Otra, la de la formación personal en artes y técnicas. Así, en esta modalidad tan espontánea como antigua, la enseñanza queda unida de manera solidaria a la investigación científica, de forma tal que en su esencia no se concibe la enseñanza sin la investigación científica, ni la investigación científica sin la enseñanza: quedan indisolublemente unidas, y no puede faltar ninguna de ellas sin un deterioro y menoscabo importante en la otra, cualquiera sea la otra. Este modelo puebla el mundo y hay ejemplos históricos en todas partes: en Egipto, Alejandría, en la India, Nalanda, en Europa del Renacimiento, Universidad de París, de Bolonia, Leiden, Salamanca, Ginebra... En la actualidad son típicas del Primer Mundo.

Características
Para que esta nota no quede en una mera enunciación de principios voy a presentar una lista práctica de características fáciles de evaluar y de tomar como indicadoras. El perfil, así construido, permitirá extrapolar los objetivos que persigue cada modelo.

 

1.- COSTO
La universidad científica es cara. Crear conocimiento, hacer ciencia, investigar (además de enseñar) cuesta mucho. Insumos, instrumentos, tiempo. La investigación científica es una actividad muy sofisticada y onerosa. Por eso es común en los países del Primer Mundo, que tienen mucha plata.
La universidad profesionalista es barata. Más profesionales por menos plata. El conocimiento ya creado es muy barato y se consigue fácil envasado en libros de texto. Ideal para países subdesarrollados (lo digo irónicamente).

2.- FORMACIÓN BÁSICA
La universidad científica se caracteriza por una sólida formación básica. Es típico de este modelo de universidades que el currículo de cualquier carrera comience con dos o tres años de materias de ciencias básicas: matemática, física, química y biología, de buena profundidad y pureza, comunes a todas las carreras.
La universidad profesionalista arranca con materias de orientación profesional. Típicamente el currículo comienza con contenidos profesionales; por ejemplo, para medicina, si hay física, se tratará de una biofísica preferentemente orientada a la clínica. En el paradigma profesionalista, cuando aparece una materia, o un tópico dentro de una materia que no tiene evidente aplicación o relación con la profesión de la carrera, los estudiantes suelen inquirir: “¿Y esto... para qué me sirve?” Muchos docentes se angustian ante la pregunta, ya que no conocen la respuesta. En el paradigma científico la pregunta carece de significado.

3.- DEDICACIÓN DE LOS ESTUDIANTES
En la universidad científica los estudiantes son full-time. Típicamente, los estudiantes sólo estudian, y ocupan casi todo el día en esa tarea. Clases teóricas, de problemas, seminarios, laboratorios y muchas lecturas perfilan un estudiante dedicado casi en exclusividad al estudio. Sin una política de becas sólida, abundante y agresiva, el requerimiento de tiempo exacerba el elitismo universitario.
En la universidad profesionalista los estudiantes son part-time. Los turnos noche y vespertino se superpueblan y el turno mañana suele quedar vacío. Hay facilidades de horarios permanentemente, lo cual es lógico ya que una gran proporción de estudiantes tienen trabajos que les permiten subsistir y financiarse la carrera. 

4.- IDIOMA
En la universidad científica se requiere inglés. La ciencia, como toda empresa mundial, requiere una lingua franca. Antiguamente fue el latín; en el siglo que nos toca a nosotros es el inglés. La ciencia se comunica en inglés. Los trabajos están publicados en inglés. No se puede hacer ciencia sin el uso de esta lengua.
En la universidad profesionalista se cursa en idioma local. Habitualmente nuestros estudiantes de ingeniería, medicina, y el resto de las profesiones estudian y se reciben sin haber necesitado leer ni escribir una sola oración en inglés.

5.- DURACIÓN
En la universidad científica las carreras son largas. Pregrado, grado, doctorado, posdoctorado, son etapas naturales en una universidad científica. De todas las etapas van abandonando la universidad y van saliendo a realizar tareas profesionales en otros ámbitos.
En una universidad profesionalista hay cierta obsesión por el acortamiento de las carreras. Siempre se está a la búsqueda de títulos intermedios, carreras cortas, salidas laborales.

6.- INTERDISCIPLINARIEDAD
La universidad científica es interdisciplinaria. La ciencia es interdisciplinaria, por lo tanto también lo debe ser una universidad científica.
La universidad profesionalista es netamente disciplinaria. Está compuesta de compartimentos estancos (típicamente, las facultades) en los que se abordan los contenidos y herramientas exclusivos de cada profesión. Hay cierta tendencia a la especialización en resonancia con la tendencia de la tecnología.

7.- CURRÍCULO
En la universidad científica el currículo es flexible. Prácticamente no hay dos currículos idénticos. Hay flexibilidad entre carreras.
En la universidad profesionalista los currículos son rígidos. El máximo nivel de flexibilización suele estar dado por la “orientación” o especialidad que se elige en las etapas finales de la carrera.

8.- MATRÍCULA
En la universidad científica la matrícula está regida por criterios académicos y estratégicos. Hay un trabajo activo y permanente de redireccionamiento de la matrícula a través de sistemas de becas y sistemas de orientación vocacional. Constantemente se persigue un fin estratégico científico o político que debe ser resuelto en tiempos breves. La ciencia es una empresa muy ágil y cambiante.
En la universidad profesionalista la matrícula está regida por leyes de mercado. Los criterios que rigen la matrícula están basados en la demanda estudiantil, que a su vez se rige por tradiciones y modas.

9.- TAMAÑO
Las universidades científicas son pequeñas. Típicamente pequeñas y multidisciplinarias, tienen un tamaño tal que les permite ser ágiles académicamente, para poder tener “a tiro” los avatares científicos. Dos universidades científicas emblemáticas: el MIT tiene 11.000 estudiantes, Harvard, 20.000.
Las universidades profesionalistas son grandes. Se trata de conglomerados o agrupaciones de facultades, con burocracias enormes. La Universidad de Buenos Aires tiene 350.000 estudiantes, 50.000 docentes y 12.000 empleados no docentes. Su tamaño hipertrofiado le impide moverse creativamente en ninguna dirección. El tamaño trajo consigo no sólo falta de agilidad sino también acumulación de poder, de intereses económicos y políticos. Hoy es incapaz, siquiera, de elegirse rector.

10.- COMEDORES
Las universidades científicas tienen comedores estudiantiles eróticos y divertidos. Las charlas de mesa en los comedores reúne estudiantes de diversas disciplinas y sexos. La variedad de temas de conversación, puntos de vista, inquietudes y gustos suele ser digestivo y fecundo.
Las universidades profesionalistas tienen comedores estudiantiles aburridos. De hecho lo que existe son comedores de facultad donde todos sienten las mismas y monótonas inquietudes que generalmente comparten con miembros del mismo sexo. Un oprobio.

11.- DOCENTES
Las universidades científicas tienen docentes full-time.
Poseen generalmente un plantel docente de investigadores, con formación cuaternaria (doctorado) o superior. Mayoritariamente con dedicación exclusiva. Profesores que están todo el día en la universidad, se los encuentra en sus laboratorios u oficinas, se los cruza en los seminarios, en el bar, en el pasillo.
Las universidades profesionalistas tienen docentes part-time. Poseen generalmente planteles docentes part-time, con dedicaciones simples. Se trata de profesores que viven de su profesión fuera de la universidad y tienen la docencia como hobby o complemento económico.

12.- BIBLIOTECAS
Las universidades científicas tienen bibliotecas llenas.
Llenas de estudiantes, de libros, de colecciones de revistas científicas sin discontinuidades, con internet y catálogos on line.
Las universidades profesionalistas tienen bibliotecas vacías. Las universidades profesionalistas constituyen el principal fomento de la industria del apunte.

13.- ENSEÑANZA
Las universidades científicas apuntan al razonamiento. Se estimula el pensamiento crítico, el razonamiento y se desalienta la memoria como forma de estudio y conocimiento. Es habitual el examen a libro abierto.
Las universidades profesionalistas apuntan a la memoria. Es habitual el examen multiple-choice. Se enseñan fórmulas y procedimientos para todo. El agrandamiento de cabezas suele resultar antiestético.

14.- ACTIVIDADES
Las universidades científicas tienen actividades variadas. Clases teóricas, de problemas, de seminarios, conferencias, debates, clases de laboratorio, uso de instrumental moderno y actualizado, salidas de campo, viajes a congresos, pasantías, visitas de profesores extranjeros, tesis científica de graduación, etc.
Las universidades profesionalistas tienen actividades monótonas. Tiza y pizarrón.

15.- RELACIÓN DOCENTE-ALUMNO
En la universidad científica el modelo es “maestro-discípulo”. Generalmente la relación numérica baja (pocos estudiantes por docente) ayuda a establecer una enseñanza individualizada. Pero también se sustenta en la convivencia diaria y prolongada, el “pasilleo”, el trabajo de laboratorio.
En la universidad profesionalista el modelo es el anonimato. La masividad es en este sentido determinante.

16.- POSGRADOS
En la universidad científica abundan los doctorados.
El trabajo de investigación científica permite la existencia de estas actividades cuya característica principal es que constituyen aportes originales a la ciencia.
En la universidad profesionalista hay maestrías y actualizaciones profesionales, que cursan los “doctores” que no son doctores: médicos, odontólogos, abogados, contadores, etc.

17.- ESTRUCTURA
Las universidades científicas tienen estructuras departamentales. Los Departamentos son unidades de investigación y docencia. Forman docentes generalistas, con visiones abarcativas de sus disciplinas. Docentes que rotan entre las materias y no se enquistan en una. En general los Departamentos ubican a sus mejores docentes -los más destacados- en las materias iniciales de las carreras.
Las universidades profesionalistas tienen estructuras de cátedra. Las cátedras suelen convertirse en feudos académicos gobernados por docentes titulares cuyo cargo heredan. Forman docentes especialistas.

18.- CLAUSTRO DOCENTE
Las universidades científicas tienen un plantel mayoritariamente regular. Los principios reformistas de periodicidad de cátedra, concursos abiertos de oposición y antecedentes por jurados de pares son esenciales para una universidad científica.
Las universidades profesionalistas tienen un plantel mayoritariamente interino. Las estructuras de cátedra conviven sin mayores problemas con la designación sin concurso, interina, ad honórem y varias otras modalidades más.

19.- VALORACIÓN DOCENTE
En las universidades científicas prima la creación de conocimiento. El principal valor en el currículo de un docente es la cantidad de papers científicos que reflejen su producción en la creación de conocimiento. También cuenta la formación de recursos humanos: por ejemplo, cantidad de tesis dirigidas, y otras.
En las universidades profesionalistas cuenta la experiencia. La antigüedad, la experiencia profesional, el título docente son valorados preferentemente en este tipo de universidades.

20.- OBJETIVO ÚLTIMO
El objetivo último de la universidad científica es la EXCELENCIA.
El objetivo último de la universidad profesionalista es la EFICIENCIA. (Ver chiste)

 

Por qué preferir una universidad científica

La caracterización anterior perfila un modelo fuertemente instalado en nuestras universidades, y otro modelo que sólo ha aparecido en forma germinal y esporádica en algunas universidades nacionales; por ejemplo, en la Universidad de Buenos Aires, del 55 al 66. El modelo aludido se presenta como muy difícil de cristalizar, por muchos motivos que la caracterización por sí misma explica. Surge una pregunta inevitable: ¿por qué preferir una universidad científica a una profesionalista?

Yo tengo dos respuestas: la primera es absolutamente personal, y es la ciencia en sí misma. Para quienes abrazamos la ciencia como forma de abordar la comprensión del universo encontramos no sólo una forma de proceder basada en la razón, la observación, la experimentación, con prescindencia de dogmas, creencias, y del principio de autoridad. Se convierte en un modo de vida que nos abarca en toda nuestra dimensión humana y nos embarca en una lucha estimulante que libramos en absoluta minoría.

La segunda es colectiva, política y estratégica; porque incumbe al proyecto de nación. Es inconcebible un proyecto de país independiente sin una universidad científica, sin ciencia. Y viceversa, excluir la universidad científica es sinónimo de un proyecto de país dependiente. Dependiente y esclavo de tecnologías y conocimientos importados.

Es imposible modificar el sistema universitario argentino para que adopte el modelo científico. Pero no hay razón valedera para evitar que ciertos grupos académicos que están en condiciones de adoptarlo deban renunciar a ese objetivo. Las condiciones están dadas para que una partición racional de la UBA permita la generación de una universidad científica (tal vez dos) que nuestro país necesita y merece.


(1) Esta nota fue elaborada en base a una charla-conferencia brindada en la Sociedad Científica Argentina, Coloquios del Dpto. de Física, Cátedra libre (FCEyN): “Ciencia, Economía y Sociedad”, y en otras tres ocasiones más. Algunos derechos reservados. Se permite su reproducción citando la fuente. Última actualización jun-06. Buenos Aires, Argentina.