Material de apoyo a las
Clases de Educación Sexual

Miedos

El miedo es una emoción natural que nos cuida, nos ayuda a evitar el peligro. Puede despertarse racionalmente frente a un riesgo que podemos captar inteligentemente. Pero muchas veces se despierta irracionalmente sin saber de dónde proviene o dónde está el peligro. En esas oportunidades se trata de un instinto, un sentimiento con el que la naturaleza nos dotó para que podamos resolver correctamente los avatares de la vida y lograr que nuestros descendientes puedan estar leyendo esto. Muchas veces, también, el miedo –o su ausencia–  afecta nuestra sexualidad.

¿De dónde proviene ese miedo a abordar una desconocida? Probablemente tenga que ver con que hace 100.000 años, y durante mucho tiempo, las desconocidas pertenecían a tribus ajenas, y cada vez que nos encontrásemos con una es probable que el asunto no le gustara para nada a un conjunto también desconocido de machos alfa que esperarían darnos la bienvenida con palos y guijarros.

El miedo de los varones a hablar en público tal vez nos remonte a esa época en la que pertenecer al grupo, lograr su aceptación, sea la única protección que la vida nos depare.

El miedo al no y la desazón que nos provoca cuando ocurre de parte de una chica conocida, tal vez provenga de cuando las conocidas en el grupo eran demasiado pocas, y la única alternativa consistiese en salir de grupo y caminar la selva.  

Estos miedos instintivos están obsoletos, y conocerlos es una ayuda invalorable para superarlos cuando sólo entorpecen. Pero hay otros miedos instintivos que tienen plena vigencia. Lamentablemente casi todos les pertenecen a as mujeres.