Material de apoyo a las
Clases de Educación Sexual

Perspectiva de género

El concepto de género hace su aparición en el estudio de la sexualidad como una contraposición a la idea de determinismo sexual. Postula que lo “femenino” y lo “masculino” (o sea, los géneros) no son hechos naturales o biológicos, sino construcciones culturales, y muchos cultores de esta perspectiva asocian estos hechos a relaciones de poder.

El concepto de género no aporta nada a la discusión sobre sexualidad, sólo agrega confusión, ruido y disputas en un campo en el que lo que se requiere es claridad, y además es erróneo.

El sexo no es sólo una configuración cromosómica, ni una estructura anatómica, ni una fisiología reproductiva. El sexo es la suma de todas esas cosas más un conjunto de comportamientos que abarcan relaciones entre personas de distinto sexo, de igual sexo, entre grupos mixtos, relaciones de produción, de tarea parental, de poder. La verdad es que no hay características sociales -animales y humanas- que podamos decir que no son parte de la sexualidad. O sea: no se necesita una entidad adicional para abordar la problemática sexual integral, y cuya raíz biológica es innegable.

Por otro lado el determinismo biológico es relativo, y sobre todo dinámico. Los organismos biológicos -como el ser humano- se modelan a lo largo de generaciones y generaciones en concierto con un entorno, un nicho ecológico. Pero además los organismos sociales, como nosotros, creamos culturas que pasan a formar una parte -la más importante- del entorno, y que genera nuevos desafíos o condiciones a los que la biología debe enfrentarse y en los que puede evolucionar. Hay ahí un círculo virtuoso -y algunas veces vicioso- que constituye una dinámica biológico-social, si usted quiere.

Pero sobre todo pasa lo siguiente: una de las adquisiciones más importantes de nuestra cultura es la capacidad de rebelarse contra sí misma, comprender que se crearon naturalmente componentes sociales injustos o incorrectos o indeseables y cambiarlos o al menos intentar cambiarlos. Esa capacidad de construir una moral rectora de la evolución cultural nada tiene que temerle a la biología, de hecho es al contrario: cuanto más se comprenda el origen biológico de la realidad menos trabajo costará modificarla.

Volviendo al principio y resumiendo: el estudio de la sexualidad de ninguna manera se agota ni se restringe a una clasificación sexual macho/hembra. Abarca toda la gama de anatomías, fisiologías, psicologías, percepciones y autopercepciones, relaciones interpersonales, relaciones sociales derivadas de la existencia del sexo. En este contexto el concepto de género sale sobrando, pero además incurre en el error de postular que las características que describe no tienen relación con la biología, eso es absurdo.

 

Algunos derechos reservados. Se permite su reproducción citando la fuente. Última actualización mar-16. Buenos Aires, Argentina.