Una onda de tipo senoidal con una amplitud pulsante. Si se tratase de una onda sonora se escucharía como un tono constante pero con volumen pulsante, como si alguien estuviese jugando con la perillita del volumen y lo sube, lo baja, lo sube, lo baja periódicamente.
Si f1 y f2 son las frecuencias de las ondas que se superponen, se demuestra fácilmente que la frecuencia resultante, fr, equivaldrá al promedio de ambas:
fr = ( f1 + f2 ) / 2
Y la frecuencia del batido, o frecuencia de la pulsación, fp, o sea, la frecuencia con que varía la amplitud, lo da la diferencia entre las frecuencias originales:
fp = f1 – f2
O sea, que será más lento (menor frecuencia) cuanto más próximas entre sí se hallen las frecuencias interfirientes (qué loca palabra). |