Las enseñanzas del Maestro Ciruela
¡Eso ya lo dije!

Tengo colegas que se molestan mucho cuando un estudiante les hace una pregunta sobre un tema que ya explicaron, una respuesta que ya dieron. Tal vez no repararon en que la repetición es uno de los pilares del aprendizaje. Casi nunca se aprende algo de una vez y para siempre luego de haberlo escuchado. Los conceptos deben abrirse camino entre un sinnúmero de relaciones causales estacionadas mal o bien en nuestras cabezas. Es a fuerza de repetir los intentos, afianzar las nuevas relaciones, volver una y otra vez a transitar los mismos razonamientos, que los nuevos mecanismos se afianzan, se aprenden.

Otros colegas, pero muy pocos, comprenden la necesidad y responden la pregunta de buena gana… pero evitan poner en evidencia que eso ya lo habían explicado, que ya lo habían respondido (si se trataba de una pregunta reiterada). Les resulta natural la idea de la repetición, pero les da cosa (¿vergüenza ajena?) dejar en orsai al estudiante que pregunta lo mismo por enésima vez. Ellos también hacen mal: el anuncio de que “eso ya lo expliqué” es saludable. Induce al estudiante a una rápida ubicación del asunto. Uno nunca escucha la segunda explicación del mismo modo que la primera. La segunda es más rica, se nutre de más relaciones, consecuencias y matices que el mismo concepto escuchado la primera vez. Le permite rescatar del olvido aquella primera charla sobre el asunto. Tal vez sea simplemente eso: saber que ya lo preguntó antes, lo que hace que le caiga la ficha.

Si le contamos al estudiante olvidadizo que ya habíamos hablado de ese asunto le permitimos rescatar de la memoria aquella explicación anterior olvidada para enriquecer la actual. El buen explicador sabe aprovechar ese nuevo ambiente en el que la respuesta reiterada se produce.

Por último… el estudiante repreguntador tiene una buena oportunidad de mensurar el tamaño de su venganza en el examen final, colega, por no haberle prestado atención cada vez que usted abrió su preclara boca. Que se prepare el desatento. Evitar sorpresas no es poca cosa.