Las lecciones del Maestro Ciruela
La memoria del taxista

No pude verificar esta anécdota que me contó un profesor que tuve hace mil años; si algún bondadoso lector conoce a su protagonista le agradeceré que me lo cuente.

El asunto es que había un prestigioso matemático argentino que deslumbraba a sus colegas con una habilidad prodigiosa: recordaba exactamente el camino lógico y matemático para arribar a cualquier teorema con el que se lo desafiara. El término teorema posee una doble acepción: alude tanto al procedimiento de un desarrollo, como a la última premisa del desarrollo, esa que rematamos con la frase que es lo que queríamos demostrar. En este artículo voy a usar la segunda acepción.

Cuando se lo interrogaba acerca de su prodigiosa memoria, el famoso matemático respondía: no es para tanto… es sólo que tengo la memoria del taxista. ¿Quéee? Muy sencillo, los taxistas no guardan en su memoria un mapa detallado de toda la ciudad, que de poco les serviría. Para conectar dos puntos distantes recurren a las vías más conocidas, más rápidas, más efectivas. Las avenidas que conectan barrios, los nudos que hay que evitar, cómo salir de un barrio para entrar a la vía correcta y entrar a otro desde la avenida principal. Cuáles son los atajos que sirven y en cuáles mejor no aventurarse.  Así es como llegan a destino sin perderse y dejando conforme al pasajero. Yo hago lo mismo cuando necesito llegar a un teorema, no conozco el camino exacto ni el recorrido más corto… pero recuerdo las vías troncales que me van acercando hasta llegar al teorema que queríamos demostrar.

Yo recomiendo a mis colegas de matemática ejercitar la memoria del taxista. La recurrencia en didáctica es una de las herramientas más efectivas, más fecundas. Esto ya lo di, mejor no lo repito es el más grave error de los docentes; familiarizarse con la ciudad de la matemática es el mejor modo de conocerla. Los edificios famosos, los parques hermosos, los monumentos, la casa del prócer… son todos hitos que vamos recordando en un viaje cualquiera que, aunque no pasemos por enfrente, sabemos que están ahí. Un mapa geográfico no es muy diferente de un mapa lógico.

Cuando vea a sus estudiantes con la banderita LIBRE baja persiguiendo un teorema, sabrá que están paseando por el universo de la matemática, aprendiendo, y disfrutando.