Las enseñanzas del Maestro Ciruela
Universidad Pública y Privada
(Con su profundo significado)
Los argentinos nos enorgullecemos de tener cinco premios Nobel. Nuestros cinco genios salieron de la universidad pública. Sin embargo, cierta clase política, la derecha, el neoliberalismo, insiste con el modelo de la universidad privada. En el fondo hay ahí una discusión muy seria en torno a si la educación universitaria debe asumirse como un derecho humano o como un servicio comercializable. Pero en este breve artículo sólo voy a hablar de la calidad educativa.
Para que existan universidades privadas de excelencia tendría que existir una sociedad en la que el capital privado quisiera invertir en generación de conocimiento. Eso no ocurre ni ocurrirá por mucho tiempo. No existe ni la voluntad ni la capacidad ni el conocimiento necesario (nuestros empresarios suelen tener un grado de cultura muy bajo) para realizar la inversión en conocimiento que inevitablemente solo da rédito económico a muy largo plazo, cuando lo hace.
En la Argentina, particularmente, la única posibilidad de tener una universidad de excelencia es en la universidad pública, gratuita y laica. Nuestras universidades privadas (con algunas excepciones, pero muy menores) son meros enseñaderos, vendedores de títulos profesionales.
Ahora, la clave está en por qué la investigación científica es condición necesaria para la excelencia. Cuando una universidad hace investigación científica sus docentes son los mismos investigadores. Casi todos ellos doctores (el título máximo de la universidad, acá y en todo el mundo). Con doctores me refiero a quienes realizaron un doctorado, o sea, una carrera de posgrado que incluye un aporte original a la ciencia. Y no me refiero a quienes, habilitados por leyes nacionales, se permiten utilizar el tratamiento de doctor sin serlo.
Los investigadores científicos se actualizan permanentemente si quieren seguir perteneciendo al sistema científico. Si no publican en revistas competitivas y con referato, quedan afuera. Además, periódicamente, participan en reuniones científicas internacionales, ya que la ciencia es una empresa global, sin fronteras. Pertenecer al mundo científico obliga a permanecer en la cresta de la ola del conocimiento.
En consonancia con la generalidad del plantel docente la formación de los estudiantes suele ser más exigente que en las universidades privadas y con mayor carga horaria. Por eso el mundo laboral suele preferir a los egresados de la universidad pública.
No defender la Universidad Pública Argentina por desconocer su profundo significado, frente al ataque demoledor que lleva adelante el gobierno del señor Milei, es imperdonable. Lo juzgará la historia. |