Las enseñanzas del Maestro Ciruela
Escalas de pecerismo
El grado de pecerismo es una de las características personales más importantes que el propio estudiante debe conocer para modular la calidad y el esfuerzo de su tarea de aprendizaje.
Siempre pongo a disposición de mis alumnos uno o varios sencillos tests que les permiten autoevaluarse y obrar en consecuencia. El tópico ideal de estas pruebas es la física de la vida cotidiana: la ciudad, la calle, el tránsito, el funcionamiento de los artefactos... ya que ofrecen innumerables ejemplos sobre el comportamiento del universo, que aún los más legos pueden comprender o asimilar con sólo observar distraídamente. La convivencia con esos fenómenos va modelando el conocimiento intuitivo que resulta valioso para el aprendizaje.
Una pregunta típica es: cuando viajan en bondi y el colectivero frena, los pasajeros que van parados agarrados del pasamanos se inclinan
a) hacia la parte delantera del colectivo
b) hacia la parte trasera del colectivo
c) hacia los costados del colectivo.
La mayoría de los estudiantes responde correctamente la opción a). Pero siempre hay un porcentaje que pifia. A esos les voy adelantando: jóvenes, sería ideal que de vez en cuando salgan de sus peceras y se den una vueltita por el universo.
Otro ejemplo: cuándo aumento más mi peso...
a)
después de comer 100 gr de galletitas livianas
b) después de comer 100 gr de bizcochitos de grasa
c) después de ingerir 100 ml de agua.
La mayoría contesta que en los tres casos por igual, pero más de uno inclina la balanza por los bizcochitos de grasa. Estos padecen un pecerismo de grado coma tres. Y su pronóstico es reservado. De todos modos -aunque sin muchas esperanzas-, les cuento que hay vida del lado de afuera de los walkman.
Mi mejor ejemplo es éste: cuando el carpintero experimentado clava un clavo con un martillo…
a) lo toma por el extremo del cabo
b) lo toma por la parte más cercana a la cabeza
c) ¿qué es el cabo?
Los que eligen b) o c) –una minoría, por suerte- están acabados… Su pecerismo es terminal, y es imposible que la intuición los guíe o los ayude en el estudio de la Física. Aunque si llegan a estudiar Relatividad o Cuántica -terrenos en los que la Física se vuelve desoladoramente antiintuitiva-… tal vez se convierta en una ventaja, quién le dice.
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