Las enseñanzas del Maestro Ciruela
Docentes de paro
Cuando los ferroviarios o los bancarios
hacen paro para defender
sus derechos, para pelear por sus
salarios, ejercen presión sobre
sus empleadores –sea el Estado
o sean privados– mediante el perjuicio
que producen en los destinatarios de su trabajo. Serán ellos los que, en definitiva, estarán presionando
para que se solucione la
demanda, el conflicto. También
presiona el lucro que el empresario
–o el Estado, a través de los
impuestos– deja de percibir por el
cese de trabajo.
Cuando los docentes hacemos
paro la situación es sensiblemente
diferente. Los destinatarios de
nuestra labor son las personas a
las que les vemos la cara todos
los días, son los estudiantes en los
que sembramos nuestro esfuerzo.
No son anónimos, para cada docente sus alumnos
tienen nombre y apellido.
Perjudicarlos nos genera un dolor
profundo. Para peor, sabemos
que no hay un perjuicio económico capaz de presionar a nuestros
empleadores y sentimos que
el mayor perjudicado es el futuro
de nuestra patria, porque la educación
es el pilar fundamental de
ese futuro.
El paro docente es una medida
desesperada. La disminución
del 25% del salario de los docentes
no solo impacta en el poder
adquisitivo, sino que hipoteca el
futuro de todos los argentinos.
Don Ciruela, sufre con cada profesor, con
cada maestro que adhiera o que
no adhiera a un paro.
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