Las enseñanzas del Maestro Ciruela
Pareja pedagógica

Si en educación existe alguna forma de cambiar para mejor, y que además sea de un modo rotundo y efectivo, se trata -sin duda- de adoptar la pareja pedagógica. 

Tuve la suerte de desarrollar gran parte de mi carrera docente con parejas pedagógicas, o sea: dos docentes frente al curso. Así de sencillo. No hace falta que ambos estén todo el tiempo presentes, pero sí que compartan gran parte del tiempo. Cuando yo era un pichi y recién empezaba, me tocó compartir con otros pichis; y también con grandes maestros. Y ahora que soy senior, me tocan pichis –que es lo que prefiero– y otras veces colegas ya formados –que también lo disfruto–. 

Hay razones funcionales prácticas que puede entender todo el mundo: dos docentes... hacen mucho más que dos. Dos docentes garantizan casi prácticamente que nunca deje de haber clase por ausencia del docente (algo que es inexplicablemente tolerado en la Argentina como si de una fatalidad del destino se tratara). Dos docentes arrima mucho la docencia a la educación personalizada.  

Pero hay otras razones invisibles que hacen de la pareja pedagógica una usina de excelencia. Dos docentes –a veces– entablan una relación discípulo-alumno entre ellos y en esa relación ambos crecen porque el feed-back es más potente y afilado que el del alumnado no formado. El pichi suele llegar al aula con las últimas novedades y el senior aportar una experiencia que cuesta sudor y lágrimas. Otras veces se plantea una relación de competencia, a ver a cuál prefieren los estudiantes: me dan más bola a mí, esto lo aprendieron mejor porque se los enseñé yo... se forma ahí una especie de triángulo amoroso muy estimulante. 

La pareja pedagógica es la mejor vacuna contra la estafa mutua en la que muchas veces caen los docentes solitarios y sus estudiantes manipuladores. Ellos no quieren estudiar o me la hacen muy difícil, a mí me da lo mismo si aprenden o no aprenden, relajémonos pues, nadie controla. Nunca vi que una pareja pedagógica cayera en esa trampa.  

Sea como sea, y por el motivo que sea, los docentes se esfuerzan más y hacen las cosas mejor, cuando un par lo está observando, y cuando el mismo par lo está ayudando. 
 


Algunos derechos reservados. Se permite su reproducción citando la fuente. Última actualización jun-10. Buenos Aires, Argentina.