Las enseñanzas del Maestro Ciruela
Pájaro Verde

Todo mortal más o menos instruido conoce la existencia del pájaro verde que está en el centro de la Tierra comiendo piedras. Pues bien, parece ser que Isaac Newton ignoraba su existencia.

En 1678 intercambió una fecunda correspondencia con su amigo Robert Hooke en la que discutían sobre el camino que seguiría un objeto dejado caer libremente si pudiese atravesar la Tierra en rotación. En una de las misivas Newton concluye erróneamente que el objeto (que no puede ser otra cosa que una piedra) dejaría una huella espiral. Hooke detectó el error y le señaló que el camino “se parecería a una elipse”. Obviamente tampoco conocía la existencia de nuestro plumífero amigo.

¿Se animaría usted a describir la huella de la piedra, aunque más no sea hasta el estómago del pajarraco? Hay al menos cinco casos posibles y, seguramente, una ecuación que satisface a todos ellos al cambiar los parámetros: lugar de perforación y velocidad tangencial.

Confieso que no la conozco, ni sé por dónde empezar... ¡Berp!

 
 
   
Artículo publicado en la revista Fisicartas. Todos los derechos reservados. Se permite su reproducción citando la fuente. Última actualización jun-06