Las enseñanzas del Maestro Ciruela
Ciencia de los pueblos originarios

Todavía hay gente con injerencia en el rumbo de la educación partidaria de que los infantes de los pueblos originarios deban ser educados en los contenidos de las creencias de sus ancentros. Pero entiéndase que no los hacen con un espíritu antropológico o histórico, sino con una pretención reivindacatoria de tales creencias, con un planteo de que tanto las cosmovisiones originarias como la cosmovisión científica son equivalentes culturalmente, que ambos son relatos del universo, igualmente válidos.

La ridiculez de tal planteo, supuestamente defensor de los pueblos originarios, se entiende de forma palmaria de esta manera: si las creencias de nuestros ancestros tuviesen el mismo estatus cultural que el conocimiento científico los defensores de la idea del relato también deberían bregar por la enseñanza de la teoría de la Tierra plana, del geocentrismo, de la astrología, de la esclavitud, de la sumisión de la mujer, y por qué no, que los bebés nacen de un repollo o que los trae la cigueña y de tantas otras creencias o leyendas folclóricas europeas.

Los defensores de la "educación intercultural" son partidarios de que la educación se realice respetando las costumbres y creencias nativas (donde respetando no significa tratándolas con respeto, sino dándolas por válidas). La confusión entre relato y conocimiento científico, es lisa y llanamente ignorancia.

Nada de esto implica negar el sufrimiento de los pueblos originarios sobre todo el impartido por la cultura occidental después de la llegada del almirante genocida hace 500 años, con su séquito de violadores criminales y sanguinarios portadores de la biblia, la cruz y la viruela.

Pero una cosa muy distinta es la conservación (de carácter histórico y antropológico) de la riqueza cultural y otra muy distinta es la perpetuación del atraso cultural y una nueva condena al sufrimiento.