Las enseñanzas del Maestro Ciruela
Neutralidad de la ciencia
Motivación en las clases de ciencias

La mayoría de los docentes de ciencias de todos los niveles educativos tienen un costado cobarde: le esquivan el bulto a los conflictos que asiduamente se plantean entre la ciencia y la sociedad. (No se enoje, supongo que usted no pertenece a esa mayoría... pero igual permítase razonar conmigo).

Hay quienes van todavía más allá y se ilusionan con la supuesta neutralidad de la ciencia. Pero ni usted se la cree... sabemos que el conocimiento científico opera casi sistemáticamente contra las creencias populares y que, al describir el mundo, suele encontrar facetas que no agradan, que no tranquilizan... más bien todo lo contrario.

Le doy algunos ejemplos. ¿No es cierto que ciencia y religión colisionan en numerosos tópicos, la evolución darwiniana, el origen de la vida y de las especies, origen del hombre, la existencia del alma y del espíritu, etcétera? ¿Es acaso falso que la educación sexual estándar en la Argentina omite sistemáticamente los conocimientos científicos sobre el sexo humano? ¿Me va a negar que no da lo mismo enseñar ciencias en un país con un futuro industrial e independiente que en un país agroexportador y dependiente de las tecnologías importadas? ¿Negaremos que la industria bélica es uno de los motores más activos de la tecnología? ¿Supondremos que los planes de investigación científica son independientes de las grandes firmas farmacéuticas y agroindustriales? ¿No diremos nada sobre el divorcio entre la filosofía y la ciencia? ¿Nos callaremos frente al auge y proliferación de pseudociencias, arrancando por el psicoanálisis? ¿Existe una ética del científico? (Estoy seguro de que a usted se le ocurren varios más).

En fin... como ve, son decenas los conflictos con los que podemos convivir como si no existieran. Lo que me da pena es escuchar a los docentes de ciencia lamentarse porque sus estudiantes no están muy motivados, hacer esfuerzos (muchas veces circenses) para motivarlos y volver a escucharlos lamentarse porque no funciona. ¡Mis amigos! ¡Acá tienen los elementos de la motivación servidos en bandeja! ¡No hay que desaprovecharlos! Es probable que se encuentre con estudiantes desmotivados para aprender la ciencia... pero es más difícil encontrarlos indiferentes a la ciencia y también a la religión, a los problemas sociales, a la política, a la economía, al sexo, al amor...

Tampoco se trata de que usted se juegue por un ideal (más allá de la ciencia) de cualquier índole. No es necesario tomar partido por ninguna postura para plantear y analizar un conflicto. Alcanza y sobra con ser honesto. Asuma que la ciencia ni es neutra ni es neutral, ni menos que menos una cosa aislada de la sociedad... y obre en consecuencia.


 
 
 
 
 
 
     
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