Las enseñanzas del Maestro Ciruela
Biología memorística

Hay colegas que siguen sin entender de qué se trata. Continúan torturando a los estudiantes con las descripciones minuciosas de los procesos biológicos. Por ejemplo en la mitosis o en la meiosis celular. Paso por paso qué se agarra con qué, dónde se pone lo otro, cómo se llama eso de más allá. Hay profesores que, inclusive, maltratan a los estudiantes obligándolos a memorizar para los exámenes los nombres de cada estadio: anafase, metafase, prometafase, telofase y porongofase, y otros más nombres de todavía más estadios intermedios. Así de grande, les queda la cabeza.

Los jóvenes gastan tiempo, dedicación, memoria y esfuerzo en memorizar conocimiento irrelevante, y casi invariablemente pierden de vista lo importante. Se trata, sin duda, del método más certero de malograr vocaciones científicas.

Hay preguntas fantásticas, profundas, reveladoras de los grandes secretos de la vida, que se disparan solas ante los fenómenos de la mitosis y la meiosis. Ninguna de ellas, claro está, es cómo se llaman las estructuras de los centrómeros donde se enganchan los filamentos de actina.

Tiene usted un tendal de cuestiones serias. Qué razones subyacen a esas maravillosas coreografías. ¿Qué quita o agrega que haya entrecruzamiento? ¿Por qué se separan hermanas y no homólogas, o viceversa? Qué desafíos resolvió la naturaleza al inventar estos procesos. Hay preguntas asombrosas que todavía no tienen respuesta, como: por qué y para qué hay una duplicación previa a dos reducciones consecutivas.

Estos profesores parece que se hubieran quedado en la época en la que la biología era una ciencia descriptiva y clasificatoria. Por el contrario, la biología moderna es una ciencia operativa, con enorme vigor explicativo, poder de inferencia y de predicción, de lógicas robustas y mayoritariamente exactas.

En fin... No es fácil de creer que todavía los haya... Pero si leyó hasta acá usted seguro que no es uno de esos colegas. O siéndolo, se trata de un caso excepcional, de un ser maravillosamente abierto, joven de espíritu, un profesional con ánimo de autocrítica y deseos de superación. Un docente al que yo admiro, y del cual todos sus estudiantes deben sentirse orgullosos.


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