Las enseñanzas del Maestro Ciruela
Laboratorio

Existe un mito muy extendido acerca de la necesidad del laboratorio en la enseñanza de la Física (y de la Química y de la Biología). Hay algo de cierto en ese mito, pero es muy relativo. El tema es que muchos docentes se angustian porque los establecimientos educacionales en los que trabajan no disponen de laboratorios o estos no están bien equipados. Es un problema.

Mi posición es ésta: por más bien equipado que se halle un laboratorio, no van a ser mejores sus clases. Muchas veces es preferible no tener equipamiento a tener un equipamiento inadecuado o perturbador, porque ni los estudiantes ni los docentes saben qué hacer con él.

El laboratorio, mi amigo, hay que llevarlo puesto. No tener laboratorio en el establecimiento no es excusa, porque el laboratorio se construye in situ. En dinámica, con un simple péndulo tiene material para hacer no menos de 10 experiencias diferentes, cada una más interesante que la otra. En electricidad, con bombitas que después se usan en la casa, cinta aisladora y chicotes, puede equipar todas las mesadas que necesite. En todos los temas que a usted se le ocurran, siempre, se pueden realizar experiencias científicas extraordinariamente didácticas con un costo aproximado a cero pesos.

¿Necesita cronómetros, y en el laboratorio no hay ni uno? Se consiguen prestados. ¿No consigue? Arréglese como se arregló Galileo, que tampoco conseguía un Rolex prestado, pero tenía otra cosa de un valor mucho más alto: ingenio.

 

   
 
 
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