Homero Simpson acaba de ingresar a la cuarta dimensión.

 

Las enseñanzas del Maestro Ciruela
Sistemas inerciales y no-inerciales

La discusión sobre el asunto no es nueva, pero sigue pendiente una resolución definitiva. La cosa es así: muchos pedagogos de la ciencia, en especial los de Física, insisten en que es conveniente iniciar a los jóvenes desde temprano en teorías físicas modernas como la relatividad, la cuántica, la nuclear y otras. Promueven que los estudiantes del secundario (de 13 a 18 años) ya tengan acceso a esos conocimientos modernos de la física que -agregan algunos- superan o, aún más, invalidan los conocimientos clásicos. Macanas.

Estoy absolutamente en contra de esa propuesta. Voy a centrar mi exposición en la enseñanza de los sistemas no-inerciales, que sigue siendo muy popular en cursos y textos secundarios.

La mecánica clásica se basa en tres leyes o principios: la Ley de la inercia, la Ley de la masa, y el Principio de acción y reacción. Los tres principios, actuando en forma conjunta, ofrecen una descripción muy acabada del universo. Sobre todo, del universo al que tenemos acceso en forma cotidiana. El potencial intuitivo de la mecánica clásica que todos poseemos, los estudiantes en particular, es el mejor aliado de los docentes de física.

Durante largos años los docentes batallamos junto a los estudiantes para que logren internalizar y afianzar la idea de fuerza como interacción entre dos cuerpos. Las protagonistas principales de toda la mecánica, las fuerzas, no son entes corpóreos fáciles de distinguir y comprender. Toda la habilidad del docente se ha de ponerla en pos de ese objetivo, eje central de la mecánica. Y no siempre se logra.

Pero si antes de lograrlo, o apenas después, se intenta el abordaje de los sistemas no-inerciales, en los que las fuerzas dejan de ser interacciones para convertirse en una abstracción absolutamente antitintuitiva que funciona diferente de las fuerzas conocidas y que rompe los esquemas del universo que la rodea... todo lo construido para aferrar mentalmente a las fuerzas (las verdaderas fuerzas) se deshace a pedazos en las mentes inocentes de los jóvenes. La confusión los envuelve y los ahoga por más protección que quiera prodigarle su docente. Se trata, lisa y llanamente, de un despropósito.

Sistemas no-inerciales, relatividad, cuántica... ramas de la física altamente antiintuitivas deben reservarse para la universidad. La educación secundaria debe destinarse a establecer en las mentes de los chicos los conceptos robustos de la mecánica. Cuando eso se logre y sea inamovible, se convertirá en la mejor base, el mejor trampolín para navegar la fantástica física moderna.

 
 
 
He presenciado -y hasta se encuentran por internet- clases de física en las que el docente mezcla inadvertidamente planteos inerciales con no-inerciales, sin avisrle a nadie (probablemente ni ellos mismos se den cuenta). No solamente incurren en error, lo malo es que los estudiantes retroceden dos casilleros.
 

En mis cursos de Física no pierdo oportunidad de mencionar los descubrimientos maravillosos de esa Física tan cercana a la ciencia ficción que describe y explica un universo mucho más sorprendente que el mecánico. Encuentro que esas historias les resultan muy estimulantes.

Pero jamás incurro en el error de efectuar desarrollos teóricos ni ejercitaciones que les cambien las reglas del juego que venimos sosteniendo en la clase. Los chicos se sentirían confundidos, extraviados.

   
Algunos derechos reservados. Se permite su reproducción citando la fuente. Última actualización nov-10. Buenos Aires, Argentina.