Las lecciones del Maestro Ciruela
LA RESPUESTA INDEBIDA


Cuando el silencio se corta con un cuchillo... cuando miradas inquisidoras surcan el espacio como en una guerra laser game... cuando los asientos se vuelven repentinamente incómodos y de golpe se escucha el famoso volido de la mosca... cuando por qué no suena de una vez ese maldito timbre... Ah, sin duda usted acaba de arrojar una pregunta a su auditorio de estudiantes.

Va de suyo que la pregunta fue inteligente, sencilla, pero no trivial... Por ejemplo...
-"Entonces, qué les parece... ¿Podrá flotar un objeto de hierro?"

¡ALTO! ¡STOP! ¡FRENO! ¡DETENGASE! ¡HALT!*

Usted está por cometer el error más remanido, nefasto, execrable, antipiagetiano y antipatriótico de la pedagogía moderna: ¡se está por contestar a usted mismo!

-"Por supuesto que podrá flotar... basta con que su peso total sea inferior a..." ¡No!, ¡no!, ¡no! ¡Borre, borre! Ya sé: usted me va a decir que el clima se ponía tenso, o que se estaba perdiendo mucho tiempo, o incluso que tanto la respuesta como la pregunta no eran otra cosa que una muletilla, una forma de hablar, porque usted arma sus discursos al modo de Galileo, y que tal vez los alumnos no la hubieran contestado ni esperándolos hasta el próximo Big-Bang...
Mire: tal vez lo último sea cierto, pero sólo porque ya los tiene mal acostumbrados. ¿Para qué van a pensar ellos si ya saben que el que responde es usted? También puede ser cierto que el silencio torna tenso el ambiente... pero vea, mi amigo, le conviene seguir esta regla de oro: si quiere ser un buen docente, bánquese los silencios. Déjeles el tiempo y el espacio necesarios para manejar la ignorancia, la duda, la intuición, el preconcepto. Después de todo hay formas de amenizar el silencio sin renunciar a la pregunta. Recuerde, además, que si los alumnos no participan activamente se distraen, se aburren, se duermen, se van de viaje, y no aprenden.

Repita la pregunta con otras palabras, despiértelos, rételos, sobórnelos, amenácelos... deles una pista... hay muchas estrategias diferentes, pero... no renuncie a la inteligencia de sus alumnos, no se conteste usted mismo. ¡Ah!... Y cuando el primero (siempre hay un primero) conteste...

*CONTINUEREN IST VERBOTEN (N. del T.)

Artículo publicado en la revista EXACTAmente. Algunos derechos reservados. Se permite su reproducción citando la fuente. Ilustración de Santiago Erausquin. Última actualización jun-06. Buenos Aires, Argentina.