Las enseñanzas del Maestro Ciruela
¡Inconsciente!
De todo lo que escribió Sigmund Freud, aquello en que fue original estaba equivocado; y las pocas cosas acertadas que dijo no le eran propias.
El asunto del inconsciente, por ejemplo. Resulta chistoso, errado y hasta repulsivo que se le adjudique a Freud el descubrimiento del inconsciente. No sólo su existencia sino su profundidad en la psique humana son cuestiones más antiguas que las cosquillas.
Esa dimensión de nuestra psicología fue descripta, tratada y elaborada por decenas de pensadores de todos los siglos: Plotino, san Agustín, Blaise Pascal, Shakespeare, Leibniz... sólo entre algunos autores de renombre.
Si algo tuvo que ver el inventor del psicoanálisis con el inconsciente fue en haberlo deformado, dotado de propiedades que no tiene, intencionalidades fantasiosas, interacciones risueñas con la parte consciente de cada persona. Por suerte la psicología (la ciencia) ya está avanzando sobre la frontera de la mente: consciencia e inconsciencia ya son parte del acervo científico. La verdad se abre camino.
En definitiva: hablar del inconsciente para reverenciar a Freud es tan absurdo como mostrar el cielo estrellado y reivindicar la astrología. Pues, ¡no seáis inconscientes!
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