Las enseñanzas del Maestro Ciruela
Mitos, mentiras y fisiología cardiovascular

Casi todos los mitos se basan en creencias o, a veces, en hechos reales. Es tarea de los historiadores descubrir cuánto hay de fantasía, cuánto de verdad o mentira, en cada historia popular. Durante mis investigaciones encontré un caso que les ahorrará trabajo, porque se trata de una imposibilidad física que hasta que yo la descubrí no había salido a la luz.

Se cuenta que Galileo Galilei descubrió la ley del período del péndulo observando las pequeñas oscilaciones de los candelabros de la iglesia (a la que lo empujaban la tradición y el qué dirán). Pero vayamos por partes.

Primero: Galileo tenía absoluta conciencia de la importancia de encontrar la ley que gobierna los movimientos pendulares. Se sabe que estaba suscripto a Nature y a Science, y leyéndolos todas las semanas era imposible que ignorase que la comunidad científica aguardaba con urgencia una solución para ese problema crucial.

Segundo: es cierto que Galileo concurría a la iglesia. Y que aborrecía las idioteces que predicaba el párroco y más aún las de los clérigos de altas jerarquías que asistían como visitantes. Es cierto que para no morirse de opio observaba las pequeñas oscilaciones de los candelabros que pendían de diferentes alturas en diferentes naves del templo.

Tercero: no es cierto que Galileo contase con algún cronómetro ni artefacto que midiese el tiempo con suficiente precisión, porque los que él mismo inventó datan de una década posterior (cuando menos) a los episodios del péndulo.

Cuarto: es cierto que del único método del cual disponía Galileo para medir el tiempo de oscilación de los cuerpos colgantes era su propio corazón, que auscultaba con su mano izquierda sobre el pecho (varios testigos oculares concuerdan en este hecho).

Quinto: pero es mentira que con tal método hubiese podido hallar la constancia del período, o la independencia de la masa, o la relación cuadrática directa con la longitud de pendiente. Pues cada vez que Galileo se aproximaba a un descubrimiento de la talla de los antedichos su ansiedad le generaba una leve taquicardia que malograba los cálculos. La aceleración del corazón enmascaraba las constancias temporales.

Sexto: Lo que Galileo realmente descubrió (sin saberlo) fue el Regulador de Watt, también llamado de feed back negativo, ya que cuando el descubrimiento de las leyes del péndulo se alejaban (inconscientemente malogradas), el corazón volvía a latir con su frecuencia normal rumbo a otro emprendimiento... pero, ya estando sobre la pista, volvía sobre el cálculo y el importante hallazgo volvía a aproximarse. Pero no por mucho, porque el entusiasmo de la cercanía volvía a acelerar el ritmo de pulsación... And so on...

 
 
   
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