Las enseñanzas del Maestro Ciruela
FÍSICA versus MATEMATICA

En mi corta pero intensa experiencia como profesor de Física no fueron pocas las veces que participé en jugosas discusiones con mis colegas. Una de las más acaloradas fue siempre acerca de si era posible (o incluso un deber) enseñar Física con independencia -o ausencia- de Matemática. Mi postura fue siempre afirmativa al respecto, y en mis clases soy consistente con ella: hago una Física tan conceptual como puedo, esquivo los números tanto como alcanzo y marco el límite en el que finaliza la Física y empieza el álgebra siempre que lo veo.

Hay quienes no llegan a hallar tal frontera -si es que existe- y otros que niegan rotundamente su existencia. Creo que ambas partes tenemos algo de razón: nuestro universo es endiabladamente lógico... terriblemente matemático. Podría no serlo, y ser en cambio caótico, azaroso, mágico, caprichoso... Pero cuanto más lo conocemos más se nos presenta así: riguroso y desafiante de que encontremos sus fórmulas matemáticas secretas. En eso anda la ciencia.

Muchas de ellas podríamos haberlas encontrado sin mirar ahí afuera y sólo concentrándonos en el cuaderno de notas. Otras, en cambio, eran imposibles de predecir hasta con la matemática más potente: sólo la experiencia, el universo mismo, podía revelarlas.

Ahora, desde esos principios básicos con los que el universo se nos impone hasta sus últimas y detalladísimas inferencias que podemos mostrar en una clase, hay laboriosos procedimientos que son puramente matemáticos, y de Física ni una jota.

Más allá de la razón epistemológica (que no sé si la tengo) de mi postura, me mueve una creencia didáctica: no todos los estudiantes son afortunados para la matemática, y me dolería mucho malograr un buen físico por haberlo fatigado con el álgebra. En mi caso estuvieron a punto: yo odiaba la matemática porque la encontraba aburrida y difícil, en cambio amaba la física por apasionante, llena de misterios y contenidos reales. Yo sobreviví el proceso.

Cuando la Universidad de Princeton hizo el esfuerzo económico de contratar al físico más grande del momento, Albert Einstein, contrataron también al mejor matemático que consiguieron para ponerlo a trabajar a su lado. (No querían desperdiciar un genio tan grande -y tan caro- en ponerlo a hacer cuentas, por interesantes que fueran).

Yo trato de contarles qué hace la Física y cómo, y el hecho de que puedan identificar dónde se halla la dificultad para la predicción o el cálculo y que el problema no está en la física sino en otro lado... evita aniquilar vocaciones prematuramente. Con la dificultad focalizada es más probable que salgan a flote.

Por otro lado me reservo un as en la manga: nunca falta ese mocoso imberbe al que fustigo con operaciones imposibles en diciembre e imagino preparando su examen de marzo mientras yo tomo sol, panza arriba, en la playa.

 
   
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