Las enseñanzas del Maestro Ciruela
Ejercicios de exámenes
Hay algo que los profesores de Física no enseñan... y hacen muy mal. Resulta que les enseñan a los chicos a resolver ejercicios, pero no les cuentan que en el examen les van a tomar otra cosa.
Enseñan y evalúan cosas diferentes. Me refiero a una cuestión que no es fácil advertir, pero que es importantísima. Cuando un estudiante resuelve un problema en la casa, la hoja que usa no es otra cosa que una mera, una mínima extensión de su memoria. Él sabe qué es lo que está escribiendo, sabe qué significa cada cosa que escribe en la hoja, de qué está hablando. Habitualmente ese papel no le sirve a nadie más que al autor.
Pero cuando usted lo pone a resolver un ejercicio en un examen, la hoja que debe escribir es un mensaje a otra persona -a usted-, alguien que no debe entrar en la mente (ni puede); que lo único que va a recibir de su parte para enterarse de cómo resuelve el ejercicio es esa hoja. Se trata de un cambio de objetivo radical. Antes era un apéndice de la memoria... ahora es un mensaje a otra persona.
Piénselo, y va a ver que no es poca cosa. No sólo hay que entrenar a los chicos en la resolución de problemas... tienen que aprender a comunicar un sistema de códigos -que son nuevos para ellos- en un lenguaje también nuevo. Y no es nada fácil.
Cuando resuelva en el pizarrón no dude en hacer de cuenta que está construyendo ese mensaje. Póngale énfasis a esas marcas, a esos códigos útiles para comunicar Física a alguien que está ausente. Hable del asunto de la comunicación. No deje de avisarles que usted se está expresando de esa manera no porque crea que ellos son tontos, sino porque también está enseñando el modo de comunicar en Ciencia objetivamente, sin ambigüedad. La diferencia entre una escritura y la otra... es abismal.
Créame. Es así. Le doy mi palabra de mosquetero galáctico.
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