Las enseñanzas del Maestro Ciruela
CONSTRUCCIÓN SOCIAL


Hay sociólogos de la ciencia que afirman y recontraafirman que la ciencia es una construcción social. Pues bien, estos intelectuales son negadores de la realidad. Y mienten. El razonamiento es el siguiente: la gente de a pie como yo, entiende por ciencia dos cosas diferentes; la primera es el conjunto de conocimientos; y la segunda es la comunidad científica, su gente, sus instituciones, sus métodos, etcétera. Si uno no aclara (y los sociólogos no lo hacen, adrede) a qué se está refiriendo en particular, todo adjetivo para ciencia abarcará ambas cosas... y es una mentira que la primera de ellas, o sea, el conocimiento científico, sea una construcción social. La comunidad por supuesto que lo es, pero el conocimiento científico, mis amigos, es el descubrimiento de una realidad que hay ahí afuera, indiferente a nuestras locuras, nuestras teorías y aspiraciones.

Cuando un artista excava la roca, cincela volúmenes y pule aristas... puede obtener cualquier forma final, que será producto -no cabe duda- de su imaginación, su técnica, su formación artística, su corriente escultórica, su historia personal, su inclinación sexual y de la cantidad de cariño que su mamá le brindó en la cuna. Pero cuando un paleontólogo excava la roca y desentierra una cosa extraña que en principio no comprende pero que análisis posteriores revelan que se trata del esqueleto de un Tiranosaurus rex, su forma está constreñida hasta el más mínimo detalle. Por más imaginativo que sea el paleontólogo -o sus pares del instituto- el tiranosauro no puede tener dos cabezas, ni colita de ratón. Nada en su morfología depende de la sociedad que supo concebir al paleontólogo ni del subsidio que lo llevó hasta el sitio de excavación. Nada de su anatomía construye el científico.

Hay una realidad, ahí afuera, enterrada en la ignorancia, que es independiente de nuestros deseos y nuestros sentimientos y que la ciencia se ocupa de desenterrar. La principal característica del conocimiento científico -de la ciencia- es que es objetivo, independiente de nuestra cultura, de nuestro idioma, de nuestra inclinación política y nuestro entorno social. Estos sociólogos de la ciencia están negando la existencia de la realidad, de la objetividad. Eso no se hace.

 
Es simplemente una falacia lógica pasar de la observación de que la ciencia es un proceso social a la conclusión de que el producto final, nuestras teorías científicas,
es como es, debido a las fuerzas sociales e históricas que actúan en el proceso. Un equipo de escaladores puede discutir sobre el mejor camino para llegar a la cima de la montaña, y estos argumentos pueden estar condicionados por la historia y la estructura social de la expedición; pero al final, o encuentran un buen camino hasta la cima o no lo encuentran, y cuando llegan allí saben que han llegado.
(Nadie titularía un libro sobre montañismo Construyendo el Everest.).

STEVEN WEINBERG, Dreams of a Final Theory, capítulo 7.
     
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