Las enseñanzas del Maestro Ciruela
Cientificidio

Van 18 meses del gobierno neoliberal de Javier Milei en la Argentina, país que cada día se acerca más al precipicio. Pero vamos a centrarnos en la universidad y en la ciencia. La comunidad científica llama a este proceso "cientificidio", aludiendo a la muerte del sistema científico, tecnológico y universitario. Y cuando hablamos de muerte nos referimos -entre otras cosas- a que la situación en la que nos deja este gobierno es generacionalmente irreversible, se tardará varias décadas en reconstruir un sistema tan bueno como el actual.

Nuestras universidades públicas no paraban de recibir distinciones y reconocimientos por los logros obtenidos, sobre todo en posicionamientos en rankings internacionales que las ponían por encima de la mayoría de las sudamericanas y también de muchas norteamericanas y europeas. El CONICET, la mayor institución de ciencia del país, también pública obviamente, llegó a ser mencionada entre las mejores del mundo, incluso superando a la NASA.

En todo el mundo civilizado los sistemas científicos son subvencionados por los Estados Nacionales. Eso es así por diversos motivos que no viene al caso discutir ahora, pero necesariamente es así. Lamentablemente eso nos dejó en manos de gente muy ignorante respecto de la necesidad de desarrollar la ciencia.

 
Fuente: epc
(https://grupo-epc.com/)
   

Miremos este gráfico que muestra la evolución de los salarios reales de los docentes universitarios desde diciembre de 2019 hasta abril de 2025, con base 100 a diciembre de 2015. La caída del poder adquisitivo de los salarios docentes se desplomó un 28% durante el gobierno de Milei. Si un docente gana hoy 1.000.000 de pesos (por hacer un número redondo) debería ganar 1.400.000 sólo para empatar lo que cobraba en diciembre de 2023 cuando empezó la debacle.

   

Más pronunciada aún es la pérdida salarial del CONICET.

Ya hemos vivido otros procesos de destrucción del Sistema Científico y de la Universidad Pública. Durante la dictadura de Onganía, la de Videla y durante el gobierno -también neoliberal- de Macri. En todas esas épocas el principal síntoma es la fuga de cerebros. Ya sea por persecución política o por ahogo presupuestario lo primero que ocurre es que emigran (generalmente primero) los mejores. La universidad pública deja de hacer investigación científica, los grupos de investigación se desarman, se desintegran. Esto ya está ocurriendo. Adiós a la excelencia, hola a la mediocridad.

   

Miremos finalmente este otro gráfico que nos muestra la evolución general del Sistema Científico en porcentaje del PBI desde 2002. En amarillo el gobierno neoliberal de Macri y en violeta el actual: la misma idea, pero más rápido.

Estos genios que están destruyendo la Argentina ignoran la cuestión más básica: un país sin ciencia está condenado a un futuro de atraso cultural.


Algunos derechos reservados. Se permite su reproducción citando la fuente. Última actualización jun-25. Buenos Aires, Argentina.