Las enseñanzas del Maestro Ciruela
Innato o adquirido
Acerca del pensamiento científico
Se discute si al pensamiento científico lo traemos incorporado o hay que instalarlo. Me parece claro que algunos componentes del pensamiento científico son innatos. Lo vemos en los chicos, que los manifiestan sin que nadie se los haya enseñado. La lógica, la búsqueda de consistencia del pensamiento (la detección de la contradicción), la curiosidad... componentes presentes -en diferentes medidas- en los seres humanos, e indudablemente en muchos jóvenes sin entrenamientos especiales.
Pero, además, el pensamiento científico incluye prácticas que el cerebro no realiza espontáneamente, como desestimar la relación causa-efecto aparente, como la necesidad de experimentar para validar, como la necesidad de predecir para operar, como la necesidad de descartar variables (habitualmente fabricando controles), como la obligatoriedad de operar con proposiciones falsables y situaciones replicables... en fin... no pocas habilidades que evidentemente no son innatas sino que son producto de una historia de maduración de la práctica científica.
Aldous Huxley dijo que el pensamiento científico no es más que sentido común entrenado. No está mal, pero hay que mesurar correctamente ese entrenamiento. Una de las tareas difíciles del pensamiento científico es justamente desconfiar (saludable, no obsesivamente) del sentido común y, más aún, admitir algunas veces resultados -verdaderos-, absolutamente antiintuitivos.
Pero en definitiva hay una verdad que no admite dudas: que en cada joven hay un científico en potencia. Por eso siempre recuerdo esta graciosa exageración del astrónomo británico Hermann Bondi:
“La escuela es un sistema por el cual la sociedad se defiende de los niños preguntones; los que sobreviven al tratamiento se llaman científicos”.
Una definición de aquellas.
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