Las lecciones del Maestro Ciruela
Evolución y ambigüedad del lenguaje
Mire, si usted se dispone a enseñar evolución no tiene que olvidarse de hacer este par de cosas: primero tener presente que nuestro idioma (español) es ambiguo a la hora de distingir entre grupos e individuos; y segundo no debe olvidarse de advertirles ese detalle a sus estudiantes... a la hora de hablar de evolución son fatales.
Si usted dice que cuando los seres humanos poblaron por primera vez las sabanas africanas debieron desarrollar importantes adaptaciones para ese nuevo hábitat, puede estar acertando o errando olímpicamente. Y aunque usted esté acertando sus estudiantes pueden estar entendiendo una burrada.
Si por los seres humanos se refiere al conjunto, tomado incluso en un montón de generaciones, la frase es verdadera. En cambio si con los seres humanos usted se refiere a Pedro, Juan, Antonia o como quiera que se llamaran en ese entonces, o sea, a los individuos, lo que usted dijo fue una animalada.
La evolución es algo que le ocurre a las especies a lo largo de varias generaciones... no a los individuos. Eso usted ya lo sabe. Pero tal vez nunca lo adviertieron de que la ambigüedad de nuestro idioma hace que las dos interpretaciones sean correctas (aunque una sea verdadera y la otra falsa).
De modo que cuando enseñe evolución debe preocuparse por desambiguar el lenguaje y decir, por ejemplo: las adaptaciones son desarrollos de las especies, a las que tal desarrollo le llevó un montón de generaciones. Nunca diga: las jirafas desarrollaron ese cuello largo para poder comer las hojitas de arriba porque en una interpretación la frase es correcta pero en la otra es falsa... o sea usted no está enseñando un pomo.
Y no olvide advertir a sus estudiantes que cuando usted los evalúe ellos también deben utilizar un lenguaje desambiguado, porque usted siempre se va a inclinar por la interpretación errónea para poder aplazarlos. (Las amenazas siempre funcionan).
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