Tonterías
Feminismo y peligro

La chica fue violada a la salida del boliche y luego asesinada. El caso apareció en todos los diarios y canales de televisión. En uno de ellos al periodista se le ocurrió indagar sobre la conducta de la víctima, su vestimenta, su nivel de alcohol, si fumaba marihuana, sus amistades, y si era o no era estudiosa en la escuela, en fin.

Algunos grupos feministas y pseudoprogresistas le saltaron a la yugular. El leitmotiv era éste: están revictimizando a la víctima. El periodista era una expresión inequívoca de machismo, conservadurismo, de una sociedad que propicia el sojuzgamiento de la mujer y que se esfuerza en educar a las mujeres para una vida de sometimiento en lugar de educar para combatir la violencia de género, que con semejantes preguntas no hacía más que exacerbar. Miopía extrema.

Mírelo de este modo: bien conducidas, las averiguaciones del periodista son útiles a la sociedad. Muy útiles. Supongo que los buenos padres educan a sus hijos para que sepan y puedan protegerse. Está clarísimo que el peatón tiene prioridad al cruzar por la calle en las esquinas. Pero usted sería un muy mal padre si instruye a sus hijos a que crucen por la esquina con los ojos cerrados.

Cuando ocurre la desgracia de que un peatón es arrollado sobre la cebra y el periodista averigua que la víctima llevaba anteojos oscuros y calzaba los auriculares con música a todo vapor no está sugiriendo que la calle es sólo para los automovistas, simplemente está indicando dónde se encuentra el peligro, y eso ayuda a evitar el peligro abriendo bien los ojos y escuchando atentamente aunque los derechos como peatones nos asistan en plenitud.

Volviendo a la violencia contra las mujeres, también es posible que el periodista que interroga de esa manera lo haga motivado por prejuicios machistas y deleznables. No es improbable que crea que la mujer no tiene derecho a vestirse como quiera o a hacer de su vida lo que se le cante. Pero no por cesurar esa ideología troglodita dejemos de visualizar el fondo del problema. Es cierto que todavía hay mucha gente que supone que las mujeres no deben tener los mismos derechos que los hombres. Aún así, lo que se plantea es importante.

Advertir a las mujeres dónde y en qué medida se encuentra el peligro no significa justificar a los violadores, las estadísticas son elocuentes al respecto, y no difundirlas es rayano con la complicidad. La edad de la mujer, su vestimenta, la hora, las compañías, los lugares, el ambiente, todos tienen patrones claros de interpretar. Conocer el peligro es crucial para poder evitarlo. Cuando el daño está hecho ya es tarde.


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