Tonterías
Terrorismo indio, Mahoma y el Papa

Para muchos indios las vacas son sagradas. En la India está prohibido matar vacas. Un grupo de terroristas indios se siente muy ofendido cuando se entera de que en otros países se crían vacas para faenarlas y comerlas. El grupo decide tomar venganza sobre los profanadores occidentales que asesinan a sus dioses. Y arremete con sus metralletas en toda reunión de comensales vacunos en cualquier lugar del mundo. Yo que usted me lo pienso dos veces antes de invitar a sus amigos a un asado.

Parece demencial, ¿no es cierto? Por suerte es pura ficción y no hay indios tan dementes. Parecen aceptar que sus creencias religiosas los obligan -en todo caso- a ellos, a los creyentes, pero a nadie más. Y ni siquiera tratan de convencernos pacíficamente de que su dieta no-vacuna es la verdad revelada.

Pero hay un grupo de musulmanes que cree que dibujar al profeta Mahoma es una blasfemia, y que el castigo para tal sacrilegio es la muerte. Arman grupos terroristas y salen al mundo a cazar a los infieles. Esto no es joda. Es demencial... pero es cierto.

Por el otro lado, hay mucha gente para la cual comer vacas o dibujar a Mahoma es importante. Lo primero porque es un componente primordial de la dieta y a ninguna persona en su sano juicio podría pensar que comerse un buen churrasco sea una ofensa hacia los indios. Lo segundo, porque es un elemento esencial de la libertad de expresión, y no existe absolutamente ningún motivo (a excepción del temor a los dementes islamistas radicales) para inhibierse de tal acción.

Libertad de expresión. La caricatura, la sátira, la crítica, el sarcasmo, la ironía y el humor son componentes esenciales de la cultura, que apelan a la inteligencia, a la reflexión, y que son motores de cambios casi siempre beneficiosos. Por supuesto, nadie está obligado a comprar ni mirar, ni leer esas obras magníficas de la creatividad, y promover su censura es medieval.

Es muy lamentable la cantidad de voces -incluida la del Papa Católico- que abogaron por la censura a los humoristas franceses de Charlie Hebdo. No hacen más que justificar la violencia demencial.