Tonterías
Letra chica

En Buenos Aires se ha puesto de moda que los reclames publicitarios de radio y televisión sean terminados con una chorreada de frases dichas a toda velocidad, por expertos velocistas locutores, y editados luego con computadoras para comprimir al mínimo el tiempo de la dicción.

Un aviso cuyo locutor comienza con la más sensual cadencia vendedora y continúa con el más pausado argumento comercial termina con la horripilante seguidilla de palabras incomprensibles aún para el oyente más entrenado.

Típicamente:

Promoción válida hastaeltreintayunodemembrede dosmilsiete. Basesycondicionesadicionalesen hachetetepe aquítecurramos delolindopuntocom. Elcostofinalquedasujetoalíndicede precios delacanastafamiliardemogambiaynuestrosproductos seentregan delunesamartesdesieteasieteycuartosihubiesestock para su fe-li-ci-dad.

Tiene exactamente la misma apariencia que la letra chica de los contratos de las compañías de seguros que, después de 28 artículos de clarísimo beneficio para el asegurado, incluye el anexo -al documento que usted firmará de buena fe- que reza en Arial súper small: "La compañía no es responsable si el perjuicio para el asegurado se produce por accidente, negligencia o intención."

A las firmas que avisan de esa forma tan cool hay que retirarles la confianza sin miramientos. O lo hacen porque no quieren que entendamos (y por algo será), o lo hacen porque no tienen plata para pagar el tiempo necesario de radio o televisión para entregarnos el mensaje publicitario correctamente (o sea: son unos muertos de hambre). En cualquiera de los dos casos no me dan tranquilidad.

Cualquier otro motivo que tuviesen para avisar de ese modo deben saber que compite con los dos que yo infiero, o son imbéciles; y ante la duda...


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