Luces de posición, luces reglamentarias
–El
universo tiene sus misterios...
–Ya lo creo -respondió Charly, que no tenía
ni la más pálida idea de a qué me refería.
–Sí... los agujeros negros, las
ondas gravitacionales... y por qué tantos conductores circulan de noche con las
luces reglamentarias apagadas. Carlitos se me quedó mirando. No sabía si reír
o protestar. Finalmente protestó.
–Ahora sí que no entiendo a qué te referís.
Yo salgo todas las noches con mi auto y veo a mis conciudadanos con las luces
reglamentarias encendidas.
–Charly, Charly... O vivimos en ciudades diferentes
o, me temo, vos sos uno más de los que no saben cuáles son las luces reglamentarias.
–¡Las reglamentarias!, ¡coño!
–¿Alguna vez -y no te ofendas por la pregunta-
vos leíste el reglamento?
Carlitos mantuvo la mirada fija hacia adelante. El tránsito
discurría tranquilo por la avenida Rivadavia.
–Bueno. Para circular por las
calles de Buenos Aires, y por cualquier lugar civilizado, hay que tener encendidas
las luces bajas, también llamadas cortas. Son unas luces bastante potentes con
un alcance medio de unos...
–No soy idiota, Gastón. Ya sé cuáles son las cortas.
Pero las reglamentarias son las de posición.
–Alguna vez lo fueron. Eso supongo,
ya que hay mucha gente, sobre todo los mayores, que usan esas dos palabras como
sinónimo: luces de posición, luces reglamentarias. Sin embargo no lo son. Las
de posición son las que -como su nombre lo indica- marcan la posición del auto:
dos adelante y blancas o amarillas, dos atrás, rojas. Para circular hay que tener
encendidas las cortas o bajas. Reglamentarias son todas las que te mencioné más
las altas, las de guiño, las balizas y las de retroceso.
–Pero si todo el
mundo circula con las de posición.
–Todo el mundo no. Pero sí mucha, mucha gente.
Casi el cien por ciento de los colectivos. La mayoría de los tacheros. Casi la
mitad de los particulares. Y, aunque me avergüence decirlo, la mayoría de los patrulleros
de policía... los responsables de controlar el cumplimiento de las normas de tránsito.
–Si todo el mundo anda así debe ser que el reglamento está equivocado.
–Ese
es el misterio que no puedo resolver. Por qué tanta gente anda con las luces apagadas.
El reglamento es correcto. Mejora la visibilidad del conductor para evitar que
atropelle obstáculos oscuros en calles oscuras: peatones, por ejemplo. Mejora la
visibilidad del resto haciendo que su propio vehículo sea bien identificado y,
sobre todo, su dirección de avance. Evita accidentes (en realidad mal llamados
accidentes). Pero, además, no causan daño, no causan molestia, no encandilan.
–Gastan
energía.
–Ahí acertaste. Me pregunto si las empresas de colectivos piensan
hacerse millonarias con el ahorro de combustible que surge de mantener apagadas
las luces bajas. Después andan llorando que no les alcanza la plata para pagarle
las indemnizaciones a sus víctimas. Te aseguro, para mí es un profundo misterio,
creo que antes vamos a resolver lo de las ondas gravitacionales.
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Última actualización jun-06. Buenos Aires, Argentina. |