La Ley 24.449
podría ser un best seller

     ¿Sabés cuál es el límite de velocidad para cruzar una bocacalle? -el gesto de desagrado de Charly ante mi pregunta lo presagiaba todo.
     Gastón: a) no sé, b) me importa un comino, y c) ni siquiera sé cuál es la ley -si es que hay una- que diga cuál es esa velocidad límite.
     A eso quería llegar. A mí tampoco me interesaba hablarte de las bocacalles. Lo que me interesaba era hablarte de la ley. Para tu información, es la ley 24.449. Es una Ley Nacional sancionada en el 94. Pero ni el número ni la fecha importan demasiado. Lo relevante es que la gran mayoría la desconoce, no sabe lo que dice. Ni la policía sabe lo que la ley manda.
     Pero Gastón, no me hables de imposibles. Hay muchos temas que a la gente le interesan y que tienen que ver con leyes. Sin embargo sólo los abogados las conocen.
     Todo tiene solución, Charly.
     No seas ingenuo. Ni las clases de educación vial que a veces se enseñan en las escuelas sirven. Yo me acuerdo que cuando era chico, estaba en quinto o sexto, vinieron unos canas a la escuela y dijeron una sarta de estupideces... ¡Encima ninguno de nosotros manejaba! Lo único que serviría serían campañas permanentes por televisión. Pero los gobiernos no tienen plata para eso. Para las campañas electorales sí... pero para otra cosa...
     Todo tiene solución, te digo. Empecemos por lo de las campañas de educación vial en las escuelas primarias. Sí, están mal dadas y son insuficientes. Pero son útiles y pueden mejorar. Hay algo en lo que tenés razón: para que sirva debe ser masivo. Escuchate esta propuesta y después criticala. Es muy, muy masiva, y muy, muy barata.
     Te escucho.
     Qué tal si incluimos la Ley, el texto de la Ley, el librito, entre la documentación obligatoria para conducir. En este sobrecito tan monono que me regaló la concesionaria, bueno, ahí tengo el seguro obligatorio, la boleta del impuesto municipal, la cédula verde... esas cosas que todo el mundo sabe. Bueno, en el mismo espacio cabe el librito de la Ley.
     Y pretenderás que todo el mundo la lea, y le tomarás examen.
     No. Quiero que esté ahí, no más. Que sea obligatorio tenerla. Que sea obligatorio entregarla junto con toda la documentación necesaria en una operación de compraventa de automotor. Con eso basta. Y el efecto sería importantísimo. Cinco millones de ejemplares, en edición barata, a cincuenta centavos cada uno. Sería una inversión a larguísimo plazo que las automotoras estarían muy gustosas de pagar, sobre todo si les permitís un espacio de publicidad en la contratapa. El manual de mantenimiento que viene con el auto, de fábrica, cuesta mucho más.
     Y qué ganas con eso.
     Efecto bola de nieve. Gente que la lee. Gente que se anime a discutir con el agente de policía, policía que no tenga más remedio que leerla. Socializar el conocimiento. Tiene la ventaja de ser no-compulsivo. Ahí está, a disposición de cualquiera. Un día estás en un viaje largo, tu acompañante está aburrido y no se trajo nada para leer. Encuentra el librito...
     Esa me gustó. Tiene sentido...
     Se convierte en una herramienta más. Si la querés usar vas a poder. Y cuando sean más los que la usan, vos también vas a querer usarla y saber si el vecino molesto ése que estaciona el camión en la esquina puede o no puede hacerlo y si podés o no podés ir a pedirle de buenas maneras que se busque un playón para estacionamiento de camiones y si podés exigirle a la autoridad que se lo haga retirar. De paso vas a leer otros artículos... y así.
     En algo te doy la razón: no cuesta nada.
     Depende de una decisión de las autoridades. Es gratis.


Algunos derechos reservados. Se permite su reproducción citando la fuente. Última actualización jun-06. Buenos Aires, Argentina.
 

Acá encontrará los textos completos de la ley de tránsito y sus modificaciones posteriores

Ley 24.449 - [PDF]
Ley 25.857 - [PDF]
Ley 25.456 - [PDF]