Cinturón de seguridad

     A esta altura del partido yo sé que Charly ya me adivina el pensamiento. Por eso disfruto, a veces, cuando voy manejando y sé que me observa. A propósito, hice un gesto de desaprobación cuando se nos adelantó un auto cuyo conductor manejaba sin cinturón de seguridad.
     –¿Pero qué te importa cómo se quiera morir ese tipo? O te creés que no sabe que está cometiendo una falta de tránsito y que además pone en riesgo su vida... Vos que sos tan legalista... ¿no te parece que mientras no joda a los demás, cada uno tiene derecho a correr los riesgos que quiera?
     –Charly, Charly... tenés que tratar de pensar un poco más lejos... en parte tenés algo de razón, en parte no. Es cierto que cada uno debería poder decidir sobre su propia vida y su propia muerte, dentro de ciertos límites. Hay sociedades que opinan que la vida es un bien social, y que no queda sujeta exclusivamente al propio albedrío de cada uno. Se supone que todos cuidan la vida de todos... porque la valoran. La tradición en este asunto es muy vieja... mirá la Iglesia Católica, si no. Hasta castigan a los que se suicidan (les niegan los ritos mortuorios... y esas cosas). Los estados nacionales no pueden castigar a los muertos que se suicidaron sin caer en el ridículo.
     –Bueno... me estás dando la razón...
     –Razón las pestañas. Que no puedan castigar al que se quita la vida no quiere decir que aprueben lo que hizo. De todos modos mi intención no era hablarte de los suicidios sino de los suicidios en el asiento del auto, por falta de uso del cinturón de seguridad. Lo que tengo para decirte son dos cosas. La primera es ésta: quién creés que paga las ambulancias, los traslados, los médicos que se ocupan del asunto cuando hay un accidente en la vía pública. Vos, Charly, y yo, y toda la sociedad. Quién te creés que le paga a los policías y los patrulleros. Quién creés que paga los platos rotos por el embotellamiento de tránsito que se produce cuando hay un accidente en la vía pública.
     –Ahí te agarré, porque el accidente se produce con independencia de que tengas o no puesto el cinturón de seguridad...
     –Eso es cierto, pero no me agarraste nada... porque el costo para la sociedad es mucho mayor si en el accidente hay muertos que si no los hay. Al tipo no lo tocan hasta que llegue el forense, la policía tiene que mandar un equipo especial para hacer peritajes, sacar fotos... el embotellamiento suele durar hasta diez veces más que el mismo choque pero sin muertos. O sea: si querés suicidarte tomate unas pastillas y listo... no vengas a molestar justo en esta autopista porque la gente tiene cosas importantes que hacer...
     –Bueno... no te pongas así... te falta la segunda cosa que me ibas a decir...
     –Sí... ya me olvidaba. La segunda cosa era que lamentablemente es más fácil plantear las normas por obligación que por comprensión de los motivos. Lo más probable es que el tipo ese que iba sin cinturón, lo hace por ignorancia, no por rebeldía. Seguramente cree que no hace falta. Otro día que viajemos juntos te cuento la verdadera diferencia entre usar y no usar cinturón de seguridad. Pero hasta entonces, Charly, debo decirte... usalo, no cometas infracción.