Cruzar con verde
–No lo vas a creer –me dijo Charly mientras yo esperaba el verde y la gente cruzaba por la cebra delante nuestro–. En Suiza, y esto no me lo contaron... yo lo vi, la gente espera en la vereda y hasta que el verde no les da paso se quedan todos parados ¡aunque no venga un auto ni a un kilómetro!
–Multas severas...
–No, Gastón... te digo que esa manía (podría decir idiotez) la tienen adentro del cerebro. Vi un tipo de noche... no había otra persona más que él y yo. No había policías, ni ningún otro testigo... y el rubio se quedó parado más de un minuto mirando cómo pasaba el viento, hasta que cambió la luz y cruzó... y hasta te digo, caminaba rápido, me parece que iba apurado.
–Tal vez viéndolo sólo de esa manera... te parezca una idiotez, y no le puedas encontrar sentido.
–¡Es que no lo tiene! O me vas a venir con que no es una idiotez.
–Empezaría por preguntarte si tenés idea de la cantidad de peatones que mueren en las calles argentinas y la cantidad que muere en Suiza. Te sorprendería ver la diferencia.
–Ay... Gastón... no seas retorcido... te estoy hablando de una actitud individual que yo vi en un tipo y que no tiene explicación. No te estoy hablando de estadísticas.
–Las estadísticas, mi amigo, se hacen agrupando una cantidad enorme de actos individuales.
–No me vengas con frases hechas... yo cruzo la calle como todo el mundo y me voy a morir de viejo en una cama, y no en el asfalto.
–Ojalá se te cumpla... pero no deberías dejar de pensar que los suizos no piensan sólo en su seguridad, sino en la de todos. Yo sé que vos podés cruzar Corrientes y Montevideo gambeteando autos y motocicletas con cintura maradoniana. Pero tenés que pensar que cuando vos te lanzás al pavimento puede ocurrir que la viejita distraída que estaba en el cordón esperando con vos se confunda, crea que cambió el semáforo y la estés arrastrando a una muerte casi segura. Ese efecto arrastre es casi inevitable... en general manejamos guiándonos -en parte- por la conducta de los demás.
–Muy rebuscado.
–No te creas: ¿cuántas veces te pasaste un rojo sin querer sólo porque el auto de al lado tuyo había arrancado? También tenés que pensar que nuestros automovilistas están acostumbrados a los peatones osados como vos, y reaccionan de modo acorde sin perder la calma. Pero nada impide que haya un conductor que pretenda esquivarte equivocadamente, tire su auto para un lado, se percate de que por ese lado viene otro auto, pegue el volantazo volviendo sobre tu lado, se abatate, no frene y te la ponga. Maradona tenía una cintura capaz de desparramar cinco defensores en dos metros cuadrados... pero una vez le quebraron los dos huesos de una pierna. Todas las calles tienen conductores brutos y atolondrados.
–Seguís sin convencerme.
–Mirá Charly... no lo pretendo. Sólo quiero que entiendas que el respeto de las normas de tránsito que valen tanto para conductores como para peatones tienen sentido, tienen su razón de ser. No son estúpidas. Los países serios en estos temas (me imagino que como Suiza) verifican el valor y el resultado de las normas de tránsito. Y, fundamentalmente, las respetan. Tal vez el suizo que me contás sabía que no había autos a mil metros a la redonda y que podía cruzar con total seguridad para él y para cualquier otro... tal vez sólo pensaba en vos y en el mensaje que de su actitud vos podías leer.
–¿Vos cruzás como los suizos?
–No pretendas invalidar mis argumentos con un contraejemplo malo. Yo soy tan argentino como vos, apenas más racional y prudente. Me crié acá. No es fácil cambiar.
–OK, pero sos un trolo.
|