Si supiésemos cuánto valen las longitudes de onda a las que se corresponden esas frecuencias, podríamos aplicar la ley fundamental de la propagación ondulatoria:
v = λ . f
Donde v es la velocidad de propagación, λ y f son la longitud de onda y la frecuencia respectivamente. Y creeme... se puede. La cosa es así: si mirás la progresión de las longitudes de ondas sucesivas encontrarás un modo genérico de expresarlas, como sigue.
n λn = 2 L
Donde L es la longitud del tubo, un dato del enunciado, y n es el número de armónico. Si eso mismo lo expresamoe en función de la frecuencia (en lugar de la longitud de onda) nos queda así:
n v = 2 L fn
Ahora usemos esa expresión para describir las dos ondas de nuestro ejercicio, que no sabemos a qué número de orden se corresponden, pero sí sabemos que son sucesivas. O sea: si la que vibra a 380 Hz es la frecuencia n, la que vibra a 456 Hz es la n+1.
n v = 2 L fn
(n+1) v = 2 L fn+1
Distribuyendo:
n v + v = 2 L fn+1
A ésta le restamos (miembro a miembro) la que describe la frecuencia n:
v = 2 L fn+1 – 2 L fn
v = 2 L ( fn+1 – fn )
v = 2 . 1,8 m (456 Hz – 380 Hz)
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