La máquina debe necesariamente respetar el segundo principio, o sea, que la variación de entropía del universo -mientras la máquina funciona- debe ser mayor que cero, ΔSU > 0. Y como caso límite (si la máquina fuese ideal y trabajara reversiblemente) sería igual a cero, ΔSU = 0.
La variación de entropía del universo es igual a la suma de las variaciones de entropía de la fuente caliente (ΔS1), la máquina (ΔSM) y la fuente fría (ΔS2).
ΔSU = ΔS1 + ΔSM + ΔS2 > 0
Estas entropías son fáciles de calcular porque los calores se entregan y reciben a temperatura constante (de hecho, es éso lo que le amerita el concepto de fuente). Y en el caso de la máquina, al no variar su temperatura tampoco puede variar su entropía, de modo que ΔSM = 0.
ΔS1 = – Q1 / T1 = – 2.000 J / 800 K = – 2,5 J/K
Q1 es negativo porque la fuente 1 cede calor (no te olvides que estoy hablando de la entropía de la fuente 1; o sea, la caldera).
ΔS2 = Q2 / T2 = 1.500 J / T2
Q2 es positivo porque la fuente fría recibe calor (no te olvides que estoy hablando de la entropía de la fuente 2; por ejemplo, el medio ambiente).
– 2,5 J/K + (1.500 J / T2) ≥ 0
1.500 J / T2 ≥ 2,5 J/K
Operá con cuidado, no te equivoques.
T2 ≤ 600 K
De modo que la temperatura de la fuente fría debe ser menor, o a lo sumo igual, a 600 K: el universo lo exige. Si tuviera una temperatura mayor, tal máquina no podría funcionar. Si tuviese una temperatura igual a 600 K, sería una máquina reversible, de rendimiento máximo (esas máquinas tampoco existen, son ideales). Y con cualquier temperatura inferior a 600 K, la máquina funcionaría como todas las cosas en el universo: de modo irreversible.
En base a lo discutido la única respuesta posible es la siguiente: |