Más allá de las imposturas intelectuales
Ciencia, filosofía y cultura
El libro comienza con una frase que lo pinta entero: "No tomo la guitarra/ por conseguir el aplauso./ Yo canto la diferencia/ que hay de lo cierto a lo falso./ De lo contrario no canto". Las estrofas de Violeta Parra engalanan esta obra imperdible, monumental.
El físico estadounidense Alan Sokal sorprendió al mundo con una broma que más que broma era una denuncia: publicó en una afamada revista de estudios culturales un artículo consistente en una sarta de estupideces y sinsentidos, para demostrar que si era publicado y nadie se daba cuenta (ni los editores ni los lectores) era porque una parte de la intelectualidad había desbarrancado estrepitosamente. A partir de entonces, el mundo fue otro.
Trece años después el autor nos brinda en este libro un montón de detalles interesantísimos sobre su broma, que denunciaba -entre otras cosas- el modo de expresarse innecesariamente confuso y lleno de apelaciones indebidas de ciertos autores idolatrados e imitados hasta el absurdo como Derrida, Foucault, Latour, Lacan, Irigaray, Feyerabend, Deleuze...
Sokal hace una robusta defensa del conocimiento objetivo y su aproximación a la verdad, basada en la evidencia empírica, o sea, la observación y el experimento. Describe la fuerte connotación política izquierdista y liberadora que conlleva esta postura. Y concluye que la principal pelea se da por la honestidad intelectual.
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