¿Quiénes manejan mejor,
los hombres o las mujeres?

     ¡Andá a lavar los platos! -fue el grito desaforado que el conductor de adelante profirió a la mujer atravesada en el segundo carril. Charly me miró socarronamente. Sabía que yo tenía algo para decir. Pero preferí el silencio. El imaginario popular asegura que las mujeres conducen mal. ¿Es cierto que conducen mejor los hombres? La respuesta no es simple. Todo depende de qué se entienda por manejar mejor. No existe una definición categórica sobre el buen conducir, pero yo diría que el buen manejo es una combinación de habilidad, prudencia, respeto a las normas de tránsito y anticipación. Entonces no cabe duda: las mujeres conducen mejor que los hombres.
     Países serios que llevan estadísticas prolongadas sobre accidentes de tránsito permiten análisis confiables. Para empezar hay que ponderar los resultados. Es decir que las comparaciones no deben realizarse sobre los valores absolutos de los registros de accidentes sino dividirlos por el número de hombres o mujeres al volante. Así, se ve claramente que, en proporción, los varones son mucho más peligrosos que las mujeres. Causan proporcionalmente más accidentes... y los accidentes que causan son proporcionalmente más dañinos. Si analizamos por rubros se aprecian otras diferencias. Los hombres son más hábiles, tienen lo que se llama un mejor "dominio de cuerpo", es decir, manejan el automóvil como una prolongación de su propio cuerpo. Tienen una mejor noción de las dimensiones del auto. Pueden pasar mucho más cerca de un obstáculo sin peligro de roce. Tienen una noción más clara de los movimientos que el vehículo puede realizar, cuáles no, y un buen dominio sobre ellos. Les resulta más fácil estacionar en espacios reducidos a los hombres que a las mujeres. Las estadísticas son contundentes al respecto: por ejemplo, la enorme mayoría de accidentes marcha atrás son protagonizados por mujeres.
     Los varones, en cambio, se llevan el galardón de la imprudencia. En accidentes que involucran exceso de velocidad los hombres son abrumadoramente responsables. En cuanto al respeto por las normas de tránsito yo preferiría un parque automotor conducido por damas. Las estadísticas de actas de infracciones, ponderadas, así lo reafirman. En cuanto a la anticipación, no hay buenos índices.
     Gastón -preguntó finalmente Carlitos-, ¿no debería ser más riguroso el examen para otorgar la licencia de conducir a las mujeres?
     Charly, sos un machista ingenuo e irrecuperable. No, el examen debe ser rigurosamente el mismo. Y más riguroso para todos.
     Pero no vas a negar que hay diferencias entre hombres y mujeres.
     No.
     Y con qué pensás que tiene que ver.
     Supongo que fundamentalmente con la naturaleza, con la testosterona, la agresividad, la educación...
     Bueno, con lo que sea. Pero los autos, no me digas, los fierros, Gastón, son cosas de hombres.
     Charly, las mujeres -concluí mirándolo a la cara para que no le cupiera duda- paren hijos, cocinan muy bien... ¡y manejan mejor que los hombres!
     Miró para arriba. Se sonrió. Y bufó:
     ¡Trolo!


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