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Las lecciones del Maestro Ciruela
Nubes invisibles

Una de las dificultades de la gente para comprender la naturaleza de las nubes se genera en la cocina. Los meteorólogos nos dicen que las nubes no están formadas de vapor de agua -que es lo que cree todo el mundo- sino de agua líquida, de gotitas de agua líquida, suspendidas en el aire... agua en suspensión.

¿Cómo puede ser que agua líquida esté suspendida en el aire? ¿No pesa, no se cae? Los meteorólogos explican bastante bien esa parte: las gotas de agua que forman las nubes tienen diversos tamaños, pero tamaños tales que su peso -individual- es relativamente bajo en comparación con la fuerza de arrastre del viento que las lleva de aquí para allá, para arriba, para abajo, para el costado... y para cualquier lado que la nube viaje. O incluso para dejarlas quietas si el viento las lleva para arriba tanto como la Tierra las atrae para abajo. Cuando el tamaño y el peso de las gotas de agua es tan grande como para precipitarse sin remedio abrimos el paraguas.

Los profesores de física suelen refrendar su argumento diciendo: si las nubes estuviesen formadas de vapor de agua serían invisibles, porque el vapor de agua es invisible. Vapor de agua es un gas, un conjunto de moléculas de agua, H2O, individuales, independientes, no asociadas entre sí ni con otras moléculas, y cada una de ellas es incapaz de interactuar con los rayos luminosos. El conjunto es transparente, tan invisible como el aire. Y tienen razón.

Pero los docentes no explican el fenómeno que inmediatamente se nos presenta en la cabeza para poner en duda estas declaraciones gaseosas: ¡el vapor de agua saliendo del pico de la pava es visible! Cualquiera lo sabe, y evita poner la mano en medio del chorro de vapor porque sabe que se quema. Lo que los docentes no dicen es que lo que sale del pico ¡no es vapor!, no son moléculas de agua individuales. Son microgotas de agua líquida, cada una formada por cientos de millones de moléculas de agua. Ciruela... usted me está volviendo loco... cuando el agua hierve cambia de estado. Pasa del estado líquido al estado gaseoso... usted está buscando que yo deje de leerlo.

Déjeme que le explique: es cierto que a 100 °C el agua cambia de estado, pasa de líquido a gas, y las moléculas de agua se disocian y ganan la libertad individual y una enorme energía. Pero eso ocurre en el interior de la pava. Las moléculas salen disparadas por el pico e inmediatamente se encuentran con el aire frío de la cocina (frío en relación con los 100 grados del interior de la pava). Al toque se condensan en pequeñísimas gotitas de agua -de un diámetro aproximado de 0,005 milímetros- y es ese conjunto el que se hace visible, no es gas, es líquido en suspensión, como en las nubes. El chorro conserva una temperatura muy alta motivo por el cual las microgotas vuelven a evaporarse (igual lo harían a temperatura ambiente) por lo que desaparecen de la vista un metro más o menos arriba de la pava.

Sólo el primer tramo del chorro es vapor (unos 5 centímetros a lo sumo, ver foto); todo el resto -que es lo que todos nos guardamos en la memoria- es suspensión.

¿Vio? El universo suele ser complicado aún en cuestiones tan pavas.

 

 
   
Algunos derechos reservados. Se permite su reproducción citando la fuente. Última actualización nov-12. Buenos Aires, Argentina.