Las enseñanzas del Maestro Ciruela
Jergas y juergas


Si hay otro cuco que no sea la física, no cabe duda de que es el análisis matemático. Cuando los tiernos jóvenes se arriman por primera vez a una clase de cálculo, los profesores suelen agredirlos con improperios como diferencial, derivada, límite, integral, cuando no acometen con términos aún más feroces como cociente incremental, o infinitesimal de segundo orden y vaya a saber qué otras imprecaciones matemáticas. Los pobres imberbes huyen despavoridos y sólo unos pocos sobreviven a semejante vapuleo, y -fíjense qué curioso- después, cuando son grandes, repiten el tratamiento con los estudiantes de la generación siguiente. Pero créame... no son mala gente, ocurre simplemente que están atrapados en una cuestión de jerga.

A los físicos les pasa otro tanto... y supongo que a cualquier docente de cualquier materia le pasa lo mismo en alguna medida: les cuesta distinguir qué palabras de su vocabulario pertenecen exclusivamente a la jerga de su disciplina. Tal vez, agreguemos, no tienen conciencia de la necesidad de evitarlas para poder establecer una comunicación decente con quienes no conocen su ciencia y la están aprendiendo, si los dejan. Y a veces simplemente ignoran que esos vocablos que pertenecen a su jerga específica quieren decir cosas muy sencillas que el generoso español indica en términos amistosos y simples.

Pongamos el caso de dos términos terribles que me señaló hace tiempo mi amigo Silvanus Thompson: d, significa "una parte muy pequeña de". Así, dx significa una parte muy pequeña de x; y du significa una parte muy pequeña de u. Tal vez a los matemáticos les parezca más correcto o más elegante decir "diferencial de" en lugar de "una parte muy pequeña de"; todo va en gustos. Poco agrega que estas pequeñas partes sean indefinidamente pequeñas. No dejan de ser simples pedacitos de algo. El otro término se simboliza con , que simplemente es una S estilizada, alargada, y bien podría llamarse "la suma total de", pero los profes de Matemática no se mueven de "integral".

Mirado con un poco de simpatía dx significa "suma de todas las pequeñitas partes de x", que -como cualquier necio se da cuenta- vuelve a ser x. Por ejemplo: divida una hora en 60 diminutas partes (los minutos), luego cada partecita divídala nuevamente en 60, y si quiere a cada una de estas segundas diminutas partes (los segundos) -que ya tiene 3.600- vuelva a dividirlas por 100, o por 1.000, o por un millón. Cuando se canse de dividir, reúna todas esas pequeñísimas partes y súmelas: obtendrá nada más y nada menos que una hora. Sencillamente así funciona; por eso dx = x .

Volviendo a los términos de la jerga: no basta con definirlos, anunciarlos. Hay que introducirlos sólo después de que los chicos entiendan bien los conceptos y volver una y otra vez a sus explicaciones originales en criollo.

De modo que cuando un resentido estudiante se le acerque y quejosamente le diga que los matemáticos y los físicos gozan de hacerle creer a los mortales que ellos hablan de cuestiones absolutamente incomprensibles en un idioma sólo reservado a los moradores del olimpo, sea inflexible. No es cierto, mocoso -responda con autoridad-: no es que gocen, es que juergan.

 
 
  
Artículo publicado en la revista EXACTAmente. Todos los derechos reservados. Se permite su reproducción citando la fuente. Última actualización jun-06. Buenos Aires, Argentina.