Las lecciones del Maestro Ciruela
La ley de la cadena
y su influencia cuántica en los grupos de estudio


Los profesores de Física (y los de Biología, Química y Matemática) tenemos que hacer un esfuerzo para que nuestros estudiantes estudien en grupo. Lógicamente, primero hay que convencerlos de que es importante para ellos. Veamos.

Las ciencias se aprenden, fundamentalmente, resolviendo ejercicios. Si podemos resolverlos, avanzamos. Eso es muy estimulante. Abordamos ejercicios cada vez más difíciles y así vamos progresando en nuestras destrezas y conocimientos. Si lo hacemos a ritmos sostenidos y razonables está todo bien y el futuro está asegurado. En cambio, si no avanzamos, y los ejercicios no salen, se crea una situación muy frustrante. Nos da la impresión de que la ciencia no es para nosotros y que mejor nos dedicamos a otra cosa más sencilla.

Aunque no sea obvio todos los ejercicios (hasta el más simple) está constituido por una larga cadena de habilidades de variado origen (saber elegir el arranque, saber pasar de términos, saber homogeneizar unidades, manejar un abanico amplio de estrategias algebraicas, propiedades matemáticas de las más variadas, relaciones físicas, propiedades geométricas... y cientos más). Un sólo eslabón de la cadena que el estudiante no consiga resolver y la cadena se traba, y el ejercicio no sale, y la frustración asoma. Cuando uno estudia solo, la probabilidad de que aparezca un eslabón así, un único cuanto de ignorancia, es muy alta. Es la Ley de la cadena. Inevitable.

Estudiando en grupo la cosa cambia. Es altamente improbable que todos los integrantes del grupo se traben en el mismo eslabón de la cadena. Casi imposible. Así los ejercicios se resuelven y el estímulo crece. Esta es la mecánica general del asunto y los docentes tienen que tenerlo muy claro. Por supuesto, hay muchas -e importantes- bondades adicionales.

El grupo de estudio pone compromiso, maneja más eficientemente la concentración, marca el ritmo, es el ámbito natural en el que se preguntan las dudas que quedaron pendientes en la clase, también el lugar en el que surgen las nuevas dudas que habrán de enriquecer las siguientes. Los que ya habían entendido descubren cuánto más se aprende al explicar el conocimiento a otra persona. Los que no habían entendido aprenden a preguntar, a inquirir, a sacarse las dudas. El grupo de estudio es la verdadera usina del conocimiento.

Y además -no crean que pretendo ocultarlo- es el lugar natural en el que se consigue una novia, a ver si me explico... pibe, dejémonos de tonterías.

 
 
 
 
  
Artículo publicado en la revista EXACTAmente. Algunos derechos reservados. Se permite su reproducción citando la fuente. Última actualización jul-10. Buenos Aires, Argentina.