Las enseñanzas del Maestro Ciruela
DEFINICIONES

Hay un montón de conceptos de definición harto difícil, y de los que se derivan cuerpos teóricos y prácticos del conocimiento extensos y fecundos. Un ejemplo típico es el tiempo. Hasta ahora nadie dio en la tecla en el sentido de acuñar una definición breve, concisa y contundente para el elusivo tiempo: una definición que logre consenso y convenza a las mayorías. No la hay. Sin embargo tal ausencia no impide construir -y gozar de- un vasto cuerpo de conocimiento tan sólido como provechoso, sobre el que se basa más de la mitad de toda la tecnología que nos rodea. Dudar de la validez de este conocimiento porque en su base hay un concepto cuya definición se nos escurre entre los dedos es tan ingenuo y estúpido como dudar de la propia identidad porque nos acaba de aparecer un granito en la cara que ayer no estaba.

Otro de esos conceptos que suelen perturbar a los profesores de Física en las clases es la temperatura. He visto a más de uno en un incómodo brete, cuando más práctico era decir que temperatura es lo que miden los termómetros... y ya. Sea como sea, al poco tiempo los encontrás aplicando el Primer y el Segundo principio de la Termodinámica (el par de leyes más revelador del funcionamiento del universo) con bastante soltura.

En la Física los ejemplos abundan... sólo por citar algunos: el concepto de masa, el de fuerza, el de energía... Casi les diría: todos los fundamentales de la Física están sospechados por alguna gente de no querer decir nada. Y aún así no hay ciencia que se haya revelado como más realista, más simple, con mayor poder de predicción, de explicación y de transformación de la realidad.

Desde que la Biología se convirtió en una ciencia operativa, con poder inferencial -esto es, desde la adopción de la Teoría de la Evolución Natural-, no han faltado epistemólogos que parecen buscar el pelo en el huevo más para destruir, para invalidar, para negar el conocimiento que para mejorarlo. Entonces arremeten contra las "definiciones que no cierran", y pretenden derribar edificios enteros porque no se pueden explicar el significado de un par de cimientos.

¿Qué es la inteligencia?, preguntan sobradoramente, porque saben que no vamos a poder darles una definición categórica. Piensan que así van a poder derribar el rascacielos que las ciencias cognitivas están alzando. Cualquier tonto sabe lo que es la inteligencia. No es necesario definirla, y todos usamos el concepto con familiaridad y corrección. Pero acá va una ayuda: tiempo es lo que miden los relojes; inteligencia es lo que mide el test de inteligencia.

A veces me da risa que, después de escuchar sus sesudas objeciones sobre los conceptos elusivos, los encontrás en sus divagues infinitos sobre que "el ser es y el no ser no es".


Algunos derechos reservados. Se permite su reproducción citando la fuente. Última actualización jun-08. Buenos Aires, Argentina.