Anomalías ausentes
Un nuevo argumento en contra de
las revoluciones científicas de Kuhn


Thomas Kuhn es autor de la tesis de las revoluciones científicas, según la cual la ciencia normal avanza acumulando anomalías (contradicciones entre los resultados de los experimentos o las observaciones y las predicciones que resultan de aplicar los conocimientos adquiridos) hasta que el cúmulo hace estallar las teorías predominantes (paradigmas) y se produce la revolución: la vieja teoría se descarta y se reemplaza por una nueva.

Ya hice un par de análisis argumentando la invalidez de esta postura y su corto alcance. En este artículo voy a agregar un argumento más, por si hace falta. La pregunta disparadora será: ¿dónde están las anomalías?

La historia de la ciencia está jalonada por la esforzada tarea de grandes genios y es cierto, muchos de sus aportes arrancaron con el descubrimiento de una anomalía. En esa historia voy a recalcar que la profesión de científico no existía y por mucho tiempo se trataba de esfuerzos individuales cuando no quijotescos. Pero resulta que en la actualidad hay en el mundo muchos más científicos que los que hubo en toda la historia sumando todos los siglos precedentes. El esfuerzo investigativo actual es órdenes de magnitud mayor que el del pasado. De modo que si la linealidad histórica del devenir científico consistiese en la acumulación de anomalías surgidas por el trabajo de la ciencia normal, la ocurrencia de apariciones en la actualidad debería ser casi monstruosa. Pero no es así… al contrario, lo que no dejan de aparecer son las corroboraciones del conocimiento consolidado.

Más aún. La agudeza, la potencia, la profundidad de las investigaciones actuales son también varios órdenes de magnitud mayores que las antiguas. Somos capaces de observar mucho más lejos, con mucha más precisión, abarcando cada vez más y mayores porciones del universo tanto macroscópico como microscópico… ¿y las anomalías?... no aparecen.

Las condiciones actuales harían predecir, según Kuhn, que la frecuencia de las revoluciones kuhnianas debería aumentar… sin embargo… ¡parecen haber desaparecido!

La precisión de los valores de las constantes fundamentales del universo ya tienen 8, 12 y más cifras decimales, sondeamos el comportamiento del universo con energías ya comparables a las del big-bang, oteamos el microcosmos con mucho más detalle que lo que la luz puede revelar. Cada vez más el conocimiento científico se manifiesta consistente e isomorfo con la realidad.

Es cierto, no tenemos una demostración lógica ni filosófica de que Kuhn la haya pifiado. Pero el más mínimo sentido común debe hacernos descreer de sus novelescos desvaríos. El devenir del conocimiento científico se nos manifiesta como envolvente, inclusivo, abarcador, acumulativo y cada vez más potente. La ciencia no es un relato propio de la narrativa sino que se ajusta irrestrictamente al escrutinio de la realidad. Lo siento, seguidores de Kuhn, pero les he dado para que tengan.


 
Otra nota más sobre la teoría de Kuhn acá.
 
 
 
 
   
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