Tonterías
Tolerancia las pelotas

No pocas veces la palabra tolerancia queda pésimamente utilizada. Una de las más flagrantes es cuando se utiliza para aludir a la aceptación del homosexual, o a la homosexualidad en general. Muchas veces escuché o leí que la sociedad se hizo más tolerante, o cuando se le pide al más o menos homofóbico que debe ser tolerante. ¡Pues no corresponde!

La palabra tolerancia implica un disvalor que ha de aceptarse, un perjuicio que ha de ignorarse, una ofensa que se ha de perdonar... Utilizar la palabra tolerancia implica aceptar la existencia de tal disvalor, perjuicio u ofensa... (se tolera, por ejemplo, un dolor). Yo no me resigno a este error de léxico.

Es cierto que su uso tiene un costado realista: el homofóbico posee una tara mental que le hace percibir la homosexualidad como un ataque a su persona, y si logra soportar esa sensación, entonces, es tolerante. ¡Pero qué buena persona

La homosexualidad no debe tolerarse, debe –simplemente– aceptarse, como debe aceptarse e integrarse cualquier otra diferencia de sexo, de raza, de nacionalidad, de religión y de política entre los seres humanos.

 

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