[1] Durante los 12 años de gobiernos kirchneristas, en la Argentina (2003-2015), todos los gremios gozaron de reuniones paritarias anuales en las que se reacomodaron los salarios depreciados en función de la inflación. Durante esos 12 años todos los trabajadores se vieron beneficiados por esta dinámica ya que el poder adquisitivo se incrementó gradualmente y terminó por convertirse en el salario promedio más alto de Latinoamérica.

Durante los 3 años de gobierno neoliberal (que llegó al poder haciendo campaña con la inflación) y con una inflación muy superior a la anterior, los salarios perdieron en promedio un 30% de poder adquisitivo y la pobreza trepó a niveles históricos. (ene-19).

 

 

 

Tonterías
INFLACION

La irracionalidad con que la opinión pública aborda el asunto de la inflación es desquiciante. La Argentina viene padeciendo una inflación de entre el 10 y el 30 por ciento anual desde hace 5 o 6 años. Los medios de comunicación hegemónicos hacen de la inflación su caballito de batalla para hostigar al gobierno, configurar un supuesto fracaso económico y político de la gestión. Los opositores del gobierno se suben a ese caballo escondiendo su claro propósito neoliberal.

Entre las arremetidas clásicas se destacan: el perjuicio a las clases asalariadas cuyo salario se deprecia mes a mes, la actitud mentirosa del gobierno al manipular los índices de inflación medidos por el Instituto de Estadísticas y Censos (INDEC) y el atraso cambiario que genera la inflación si no se corrige paralelamente el tipo de cambio.

Son tres patrañas. Pero lo que a mí me subleva es que son patrañas irracionales, absurdas. En cuanto a la depreciación del salario nadie ignora que todos los años, religiosamente, las patronales sectoriales y los sindicatos correspondientes se reunen en las llamadas paritarias para ajustar los salarios. Los acuerdos que se logran arrojan aumentos salariales que siempre superan la depreciación salarial medida no sólo por el INDEC sino por cualquier otro consultor económico.

A los grupos sociales que dependen directamente del gobierno y no tienen sindicato que los represente (jubilados, subsidiados) también se les actualiza el ingreso y también por encima de los peores índices de inflación.

Los neoliberales batallan todo el tiempo contra la emisión monetaria excesiva, y no hacen más que morderse la cola cuando afirman que es ése el motor de la inflación. Primero, no explican concretamente cuál el el perjuicio de la inflación (sin ningunear los aumentos periódicos de salario); segundo, no dan ninguna alternativa (no la hay) para el sostenimiento de los planes de ayuda a los sectores carenciados. No advierte que no se puede dejar de ayudar al que lo necesita. Que no haya hambre ni exclusión es anterior a cualquier otra especulación política o económica. Motorizar la obra pública, garantizar los puestos laborales, fortalecer la salud y la educación son todas cuestiones prioritarias y mucho más benéficas para la sociedad que el supuesto perjuicio inflacionario.

Por otro lado, las causas de la inflación (lejos de ser exclusivamente la emisión monetaria) son múltiples. Entre otras causas, tiene un componente epidémico, contagioso, psicológico, irreal: si me cuentan que va a haber una inflación del 30% y yo voy a terminar de vender mis productos de acá a un año, ya mismo los remarco con un 30% de aumento. Y así, los anuncios inflacionarios poseen una carga de profecía autocumplida nefasta.

Por supuesto que la inflación me resulta incómoda, que tener que andar peleándonos todos los años con nuestros patrones no es muy grato... pero de ahí a hacer de este problema el fracaso de un gobierno, es un claro indicio de que nos están mintiendo.

(Ver actualización de esta nota [1]).

 

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